Año IV. Opus 137
Querido Superman:
Este año te pido a ti los juguetes.
Me he borrado de la suscripción que mantenía con los Reyes Magos de Oriente desde mi más tierna infancia, aún a riesgo de perder la antigüedad como cliente, porque todos los juguetes que traían estaban hechos en China y por su culpa la industria juguetera que había aquí se fue a chichiringui.
Por supuesto, tampoco me he afiliado al viejo gordinflón con el traje de la Cocacola, explotador laboral de renos y duendes, como todo lo que nos viene del norte. Tampoco soy cliente ya del Ratoncito Pérez, porque estoy en una edad en la que ya no celebro ninguna pérdida en mi dentadura.
Esta Navidad he decidido mirar al oeste y pedirte a ti mis juguetes, porque lo que no puedas tú...
Sabemos que últimamente estás un poco flojillo, desde que tu cuñado te recomendó aquellos supositorios de kriptonita, que a él le obraban maravillas, pero estoy seguro de que en algún momento te recuperarás y volverás a surcar los cielos de Metrópolis en busca de malvados con cara tonto. En Móstoles y su zona de influencia que conocemos como España, hace falta también quien meta mano a tanto desmán y despropósito. Yo, desde mi blog, hago lo que puedo, pero soy consciente de que aún no es suficiente.
Y ahora mi pedido. Quiero un Eurovegas de la Señorita Pepis, con su pequeño casino, sus pequeños impuestos, su pequeña maquila y su pequeña zona de fumadores. Todo eso me lo iba a traer Las Vegas Sands, pero parece que Mr Adelson se ha ido a fastidiar a otros y nos deja sin esas infraestructuras destinadas a "servicios públicos" imprescindibles en una democracia avanzada. Me conformo con el Eurovegas de juguete.
Quiero también unos Juegos Olímpicos Geyper, bonitos y baratos, con su pista de patinazos sobre ruedas, sus pruebas de tiro a la botella y que incluya una pequeña cafetera para relajantes cafés. Y muchas medallas de pan, porque las de oro y plata sólo se consiguen si hay patrocinios y en mi casa sólo patrocino yo.
Y quiero, por último,un Congreso de Comansi, con sus diputados de los Masters del Universo, sus Madelman antidisturbios custodiando el sacrosanto edificio y sus Airgamboys perroflautas que intentan rodearlo. Como a nuestros nunca bien amados líderes que se encargan de velar por nuestros derechos y libertades no les gusta que salgamos a la calle a pedir cosas, han pensado en meter una multa de no te menees al que mire a los ojos a un policía o le cuente la verdad de la vida a un diputado, así que sólo voy a tener oportunidad de interactuar con los Padres de la Patria en forma de juguetes o votando cada cuatro años, que para el caso es lo mismo.
Si preguntas, te dirán que he sido bueno. He pagado con mi dinero mis deudas y las de otros que tenían más dinero y más deudas que yo. Y me lo he comido todo, lo que debía y lo no. Así que no me falles Superman, no me falles.
Me he borrado de la suscripción que mantenía con los Reyes Magos de Oriente desde mi más tierna infancia, aún a riesgo de perder la antigüedad como cliente, porque todos los juguetes que traían estaban hechos en China y por su culpa la industria juguetera que había aquí se fue a chichiringui.
Por supuesto, tampoco me he afiliado al viejo gordinflón con el traje de la Cocacola, explotador laboral de renos y duendes, como todo lo que nos viene del norte. Tampoco soy cliente ya del Ratoncito Pérez, porque estoy en una edad en la que ya no celebro ninguna pérdida en mi dentadura.
Esta Navidad he decidido mirar al oeste y pedirte a ti mis juguetes, porque lo que no puedas tú...
Sabemos que últimamente estás un poco flojillo, desde que tu cuñado te recomendó aquellos supositorios de kriptonita, que a él le obraban maravillas, pero estoy seguro de que en algún momento te recuperarás y volverás a surcar los cielos de Metrópolis en busca de malvados con cara tonto. En Móstoles y su zona de influencia que conocemos como España, hace falta también quien meta mano a tanto desmán y despropósito. Yo, desde mi blog, hago lo que puedo, pero soy consciente de que aún no es suficiente.
Y ahora mi pedido. Quiero un Eurovegas de la Señorita Pepis, con su pequeño casino, sus pequeños impuestos, su pequeña maquila y su pequeña zona de fumadores. Todo eso me lo iba a traer Las Vegas Sands, pero parece que Mr Adelson se ha ido a fastidiar a otros y nos deja sin esas infraestructuras destinadas a "servicios públicos" imprescindibles en una democracia avanzada. Me conformo con el Eurovegas de juguete.
Quiero también unos Juegos Olímpicos Geyper, bonitos y baratos, con su pista de patinazos sobre ruedas, sus pruebas de tiro a la botella y que incluya una pequeña cafetera para relajantes cafés. Y muchas medallas de pan, porque las de oro y plata sólo se consiguen si hay patrocinios y en mi casa sólo patrocino yo.
Y quiero, por último,un Congreso de Comansi, con sus diputados de los Masters del Universo, sus Madelman antidisturbios custodiando el sacrosanto edificio y sus Airgamboys perroflautas que intentan rodearlo. Como a nuestros nunca bien amados líderes que se encargan de velar por nuestros derechos y libertades no les gusta que salgamos a la calle a pedir cosas, han pensado en meter una multa de no te menees al que mire a los ojos a un policía o le cuente la verdad de la vida a un diputado, así que sólo voy a tener oportunidad de interactuar con los Padres de la Patria en forma de juguetes o votando cada cuatro años, que para el caso es lo mismo.
Si preguntas, te dirán que he sido bueno. He pagado con mi dinero mis deudas y las de otros que tenían más dinero y más deudas que yo. Y me lo he comido todo, lo que debía y lo no. Así que no me falles Superman, no me falles.