domingo, 26 de junio de 2011

Cerrado por reparaciones

N.del A. Seguramente les extrañará mi ausencia en los medios estos últimos días. Se debe a una avería en mi ordenador. Y esta vez, es de verdad.
Opus 62
Es muy curioso que mi última entrada fuera una ficción (una alegoría sobre el 15 M) basada en la supuesta rebelión de las piezas de mis electrodomésticos y mi coche.  Es curioso, digo, porque pocos días después, alguna pieza de mi ordenador se ha sumado a la rebelión y me ha dejado sin conexión con la Red. Es como si la Realidad se hubiera visto inducida por la Ficción. ¿Será posible que sea esa la razón? Voy a poner a prueba a la mismísima Realidad escribiendo una ficción sobre los cojines de mi cama que se convierten en huríes de ojos almendrados, las cortinas de mi salón en mulatas caribeñas y las cacerolas de mi cocina en orondas walkirias. A ver qué sale de eso.

Mientras tanto, creo que ya tengo identificada la causa de la avería. Según parece el elemento sedicioso es la fuente de alimentación, sobre la cual caerá todo el peso de la justicia. Porque yo, como buen comunista, soy un soñador en lo relativo a las propiedades de los demás, pero con todo aquello de lo que soy propietario puedo ser sin rubor un implacable tirano.

Le he pedido a mi hijo su computadora para escribir esto y me la ha prestado con la confianza de que su padre no husmeará sus intimidades en el disco duro. Craso error, propio de su inexperiencia en la vida. Le puedo cotillear todo impunemente, ya que tengo la excusa perfecta: la responsabilidad paterna. 

Aunque tal vez sea mejor no hacerlo. Que si últimamente se hace realidad lo que escribo, no quisiera que tomara cuerpo todo lo que pueda encontrarme en el ordenador de un adolescente. Quién sabe, mejor no tentar la suerte.

Mejor probar lo de las huríes.

Ug

miércoles, 15 de junio de 2011

Los indignados en mi garaje

N. del A. Una plaza de garaje es también una plaza. ¿No? Dedico este relato a todas las personas que se reunieron en la Puerta del Sol y en la Plaza de Cataluña y en las otras plazas de todo el mundo para cambiarlo. O para intentarlo, o para recordarnos que tenemos que hacerlo entre todos, o.... en fin, a todas esas personas que ya han hecho más que yo para cambiar esta vida.
Opus 61
Llevaba tiempo queriendo cambiar de coche. El mío ya no me da las prestaciones que quiero. Sí, estoy cómodo y  funciona bien, pero no tiene DVD, ni navegador ni ayudas de estacionamiento. Además, ya no hace run run como a mí me gusta. Lo que me decidió fue que mi cuñado se ha comprado ahora un coche mucho mejor que el mío. Me sobra el dinero y ¿para qué lo quiero? Pues para estas cosas, digo yo. Si una cosa ya no me gusta, la tiro y me compro otra. El dinero hay que disfrutarlo, las cosas no. 

Así que entré en mi garaje decidido a llevarme mi coche viejo para venderlo y volverme con otro que me gustara más. ¿Y qué dirán ustedes que me encontré?

Me encontré un motín. Un motín mecánico.

Aquí estaban en orden de batalla.
Todas las piezas del automóvil estaban diseminadas por el garaje, en perfecto orden y en actitud hostil. No tenían intención alguna de hacer su trabajo. Me enfadé mucho por este desbarajuste, pero les recriminé en vano, ya que las piezas se negaron a componer el motor y hacer run run de nuevo.

 El Carburador tomó la palabra y me explicó, convencido de que hablaba en nombre de todos, que en su opinión podía irme a hacer puñetas, o a donde quiera, pero en cualquier caso, andando.

Me volví indignado a casa. Ustedes se hacen cargo, para mí es una situación intolerable. Son todas las piezas del coche una pandilla de vagos que quieren vivir a costa mía, sin funcionar. A la mañana siguiente me levanté temprano para ir al garaje a ver si ya se había pasado la tormenta, pero antes me llevé un gran disgusto al saber que la cafetera no se encontraba en su sitio.  Sin desayunar y con un humor de perros,  bajé al garaje y, para mi sorpresa, las piezas de la cafetera estaban también acampadas junto a las del coche. Y también las de la segadora de césped. Esta vez, el Carburador, ya como portavoz oficial del grupo, me entregó una lista de reivindicaciones: combustible de calidad, mantenimientos periódicos, limpieza diaria, un régimen de trabajo justo y suprimir los despidos por desfase tecnológico. Ah, y que me fuera a hacer puñetas. Ésta última era irrenunciable, parece. Por supuesto, no accedí a ninguna de sus absurdas peticiones, antes soy capaz de masticar los granos de café a cucharadas y de cortar el césped a golpes de kárate.  

Pasaron varios días sin que volviera al garaje revolucionario. En ese tiempo, tuve que soportar el abandono, uno a uno, de todos los electrodomésticos: el frigorífico, el microondas, el radio-despertador, la afeitadora... La más dolorosa de las defecciones fue la del televisor: cuando le vi abandonar su puesto en pleno partido de futbol de la Copa de Europa le dije completamente decepcionado y con lágrimas en los ojos: «¿Tú también, hijo mío?» Sin decir nada, el televisor se fue camino del garaje.

Una vez más, fue mi cuñado el que me obligó a actuar. Me llamó para contarme lo bien que hacía run run su coche nuevo, el muy imbécil, así que cuando se me enfriaron un poco las ganas de matarlo, bajé al garaje para poner fin a este sindiós. Abrí la pesada puerta manualmente porque el motor se había pasado ya a la Revolución. Me encontré todas las piezas perfectamente organizadas por afinidades y tamaños e integradas en diferentes comisiones con finalidades bien diferenciadas. Las piezas de tipo filtro se encargaban de las noticias del exterior; los enchufes y alimentadores, de los abastecimientos… y así todo, tenían comisiones de comunicaciones, de asesoría legal, de reciclado, de organización, de limpieza, de seguridad, de igualdad de oportunidades, de obsolescencias, de lucha de clases, de relaciones con la prensa… La Comisión de Negociaciones, presidida aún por el Carburador del auto, me recordó la lista de reivindicaciones, subrayando la de irme a hacer puñetas y me avisó que de allí no se  movían.

Salí a la calle y vi que los demás vecinos tenían problemas parecidos en sus garajes. Es la rebelión de las máquinas, el comunismo mecánico, la Toma de la Bastilla en versión electrodoméstica. Fui andando algunas horas hasta el centro de la ciudad, la ira me daba fuerzas. Contraté una cuadrilla de chatarreros y  me compré un flamante coche nuevo, mucho mejor que el de mi cuñado. También encargué electrodomésticos nuevos, incluido un magnífico televisor LCD. ¿No he dicho ya que me sobra el dinero?

El equipo de chatarreros entró en el garaje y preguntaron por el líder rebelde, ese al que llaman El Carburador. Ninguna pieza dijo nada. Pese al solidario y heroico silencio, lograron corromper a la máquina de coser para que delatara al Carburador con un beso, a cambio de treinta agujas de plata.  Así lo hizo y los chatarreros recogieron todas las piezas de las máquinas y electrodomésticos y las llevaron a reciclar. La máquina de coser también: Roma no paga a traidores. 

Ufano por la victoria, me subí en mi nuevo cochazo para enseñárselo al insoportable de mi cuñado. Accioné el contacto, pero no hacía run run.  ¿Era posible una avería tan pronto? ¿He hecho yo algo para merecer este castigo? Por sorpresa, la pantalla del navegador del automóvil se encendió y me asusté. El motor seguía sin hacer run run y en la pantalla del navegador sólo se podía leer esta frase:

« ¡VETE A HACER PUÑETAS

lunes, 13 de junio de 2011

Chicos malos, chicas simpáticas

N. del A. He hecho la prueba de buscar en Google el texto "Noticias tristes" y he obtenido 4.570.000 resultados (0,18 segundos) mientras que el texto "Noticias alegres" ha reunido nada menos que Aproximadamente 30.400.000 resultados (0,17 segundos) . ¿No es esperanzador? Una de las noticias que he encontrado, ni triste ni alegre, es ésta sobre lo que más nos atrae del sexo contrario.

Opus 60
 A las mujeres les gustan los hombres fanfarrones
 Según un estudio de la Universidad de Columbia, ellas les prefieren orgullosos y melancólicos y ellos prefieren a las mujeres alegres y sonrientes
 IRENE GÓMEZ PEÑA
Día 24/05/2011 - 19.01h

4 COMENTARIOSJESSICA L-TRACY
A las mujeres les gustan los hombres fanfarrones
Estas son las fotos que les mostraron a los voluntarios de la investigación para hacer la pruebaA las mujeres les gustan los hombres fuertes, orgullosos y melancólicos frente al hombre demasiado feliz y extrovertido. En cambio, a ellos les encantan las mujeres sonrientes y alegres frente a las demasiado seguras de sí mismas.
Este estudio de la Universidad de Columbia confirma, según la lectura sesgada que yo hago, lo que todos los tímidos hemos dicho siempre: que las mujeres prefieren a los hombres malotes y/o sinvergüenzas. Yo creía que los tímidos decíamos esto para justificarnos las limitaciones seductoras que nos provoca la timidez, pero por lo que leo, resulta que tiene una base científica. Y además, se trata de un estudio hecho por una mujer y un hombre (Jessica Tracy y Alec Beall) lo cual les permite decir lo que quieran sobre sexualidad sin que les tachen de machistas o feministas, cosa que no ocurriría si fueran los dos del mismo sexo.

El estudio afirma que las mujeres estudiadas reaccionaron con síntomas de atracción ante los hombres que les parecían fuertes (como un gorila), orgullosos (como un borrico) y melancólicos (como un perrillo). El texto entre paréntesis lo he añadido yo de mi propia bilis. Un hombre demasiado feliz, según parece, no es muy atractivo seguramente porque se nos pone cara de estúpidos cuando estamos contentos.

Las preferencias de los sujetos de estudio varones tampoco son sorprendentes: que los hombres tenemos debilidad por las mujeres de vida alegre no es un descubrimiento cuántico, pero el estudio no se refiere eso, sino a aquellas que aparentaban ser sonrientes (como un cocodrilo) y alegres (como un loro). Una vez más, añado el texto entre paréntesis, ayudado por mi mala leche. Las mujeres demasiado seguras de sí mismas, no nos atraen, dicen, tal vez porque a los hombres nos gusta aparentar que manejamos las situaciones.

Lo más curioso es que las fotos neutrales nos dejan más fríos que un oso polar cantando serenatas. No nos gustan las tibiezas, queremos gente que exprese algo, ya sea frío o caliente. 

Finalmente, el artículo termina con una explicación de estos datos basado en la psicología evolutiva, afirmando que desde los tiempos de las cavernas, las mujeres buscan «hombres fuertes y grandes que les dieran seguridad», mientras que los hombres queremos «mujeres que den calor a la familia». Llevando al límite esta teoría, podríamos llegar a la conclusión de que hemos evolucionado poco en estos últimos 40.000 años, es decir, que este sensual galanteo con la mujer amada que muestra la foto de la derecha sigue siendo válido. Yo creo que no, ya que a mi no me ha funcionado nunca esta técnica y prueba de ello son los dientes que me faltan.  

En mi caso, tal vez por mi manía de buscar siempre el equilibrio, tengo que decir que me gustan las mujeres sonrientes y, a la vez, seguras de sí mismas. Una cualidad femenina y y otra masculina. Como Cruella de Vil.

¿Y ustedes?



martes, 7 de junio de 2011

Venta de órganos

N. del A. En la prensa he encontrado esta noticia y me he escandalizado como lo haría una señora respetable y puritana de los años del cólera, con desmayo y todo. Lean ustedes.
Opus 59

ABC INTERNACIONAL
Vende un riñón para comprase un iPad 2
Zheng, un chico de 17 años, recibió 2.250 euros por dejarse extirpar este órgano para conseguir el nuevo tablet de Apple. 
EUROPA PRESSDía 03/06/2011 - 18.13h Un joven de 17 años conocido como Zheng ya puede decir que su iPad 2 le ha costado un riñón, literalmente. El joven ha vendido uno de sus riñones para poder comprarse el tablet de Apple.La fuente fue un anuncio de venta de órganos en Internet a cambio de2.250 euros. Zheng se encontraba en una difícil tesitura. Quería comprarse un iPad 2 pero no podía financiárselo. La solución la encontró en un anuncio en Internet que reclamaba donantes de órganos a cambio de una no muy alta cantidad de dinero pero suficiente para hacer frente a la compra del dispositivo.
¿Creerán ustedes que me escandalizo porque alguien venda su riñón en vida? No, no, de ninguna manera, no es eso. Muchas familias venden a sus propios hijos para sobrevivir, ¿por qué no un órgano?. Yo vendería todas mis vísceras en una almoneda antes que a cualquiera de mis hijos, por mucho que en algunos momentos del día soy capaz de regalarlos como si fueran cachorrillos de mastín, sin embargo, sé que me permito este alarde de paternidad porque vivo en un país civilizado (sic) y tengo un medio de vida decente. Si viviera en medio de la desdicha, la ruina, la muerte y la basura (los Cuatro Moteros del Apocalipsis) como le sucede a unos cuantos millones de personas, probablemente fuera peor padre, o mejor, quién sabe. Comprendo, por lo tanto, que éstas personas también vendan su cuerpo en lonchas, porque se lo exija el guión de la necesidad. El instinto de vivir es más fuerte que todos los demás instintos.

Tampoco me escandaliza que en China, la segunda nación más poderosa del mundo, sea habitual el comercio de órganos por Internet o, peor aún, sean capaces de hacérselo a menores de edad, porque ya sabemos que la especie humana es capaz de las mayores atrocidades para conseguir dinero. Según parece, en China se necesitan cada año un millón de trasplantes y sólo se consiguen unos pocos miles de órganos legales. Cuando la demanda supera con creces la oferta, ésta se completa con el mercado negro, como sucede en todo el mundo. Además, hay turistas que van allí a conseguir un riñón o un hígado; las córneas son demandadas sobre todo por japoneses, que también tienen los ojos en 16:9, como los chinos. 

Tampoco es el motivo de mi escándalo que el chiquillo vendiera su cuerpo por algo tan prescindible como un gadget tecnológico. No lo hizo por instinto de supervivencia, sino por puro afán de estar a la última, algo que tampoco le reprocho, ya que, según parece, hizo una buena compra. Todas las críticas que he leído sobre el IPad 2 han sido favorables, salvo las que denuncian los problemas históricos de los Apple: que no pueden intercambiar datos con una computadora que no tenga iTunes o que carecen de ranura SD/microSD o puerto USB. Por lo demás, el mundo está lleno de fanáticos de la manzanita mordida (Adán y Eva o Blancanieves, por ejemplo)

Lo que realmente me escandaliza, lo que me mata de rabia y de coraje,  es que yo no consiga vender mi calvorota ni en el mercado negro de órganos, ni en Internet ni en El Rastro. No es una calva original, puesto que no nací con ella, pero es una buena calva, una calva en perfecto estado de uso para cualquiera que necesite un trasplante de calva. 

Quiero venderla para comprarme un sombrero de fieltro. Un sombrero gris perla, con sus buenas alas y su cinta gris oscura, al que se le añada inteligentemente alguna mancha de pollo frito y whiskey, para darle un aire decadente a lo Philippe Marlowe. ¿Por qué no?

Se vende calva masculina, de color caucásico brillante que va con todo. Ideal para caballeros elegantes, sabios diabólicos o profesores de latín. Instrucciones en castellano.

domingo, 5 de junio de 2011

Diez días en la vida de una bacteria

N. del A. Lo peor de la "Crisis de los Pepinos" son las personas que han fallecido, por mucho que nos duela a los españoles las pérdidas millonarias por las acusaciones infundadas contra nuestros pepinos, ayer ignorados, hoy insignia nacional. La actuación de las autoridades alemanas fue equivocada, sin duda, pero rápida, algo que jamás hubiéramos conseguido en España. La entrada de hoy es una ficción sobre lo que pasaría en nuestra bendita España si se produjera una intoxicación parecida, pero una ficción no muy ficticia, gobierne quien gobierne.

Opus 58
Día 0: se detectan varios casos de una intoxicación producida por una bacteria procedente del extranjero presente en la cadena alimentaria. Éste es el aspecto de las víctimas. Los protocolos sanitarios de cada administración, dieciocho diferentes,  se ponen en marcha. 


Día 1Hay 3 víctimas mortales. La oposición pide la dimisión de la ministra. La ministra se encuentra inaugurando un pabellón especializado en alopecia zorruna de un hospital que le quedan aún seis meses para poder funcionar. Nadie hace declaraciones, porque no ha sucedido nada y si hubiera pasado algo, está controlado. 
Día 2: Hay 5 víctimas mortales. Un representante del ministerio niega que haya habido fallecidos por un problema alimentario y afirma que no son cinco muertos, sino dos, que además no existen y están en vías de recuperación.  El portavoz del partido en el gobierno llama mentirosos a la oposición. 
Día 3: Hay 7 víctimas mortales. La ministra aparece por fin en una rueda de prensa sin posibilidad de hacer preguntas. Niega que haya habido víctimas mortales, aunque reconoce una «desaceleración vital» en algunas personas, por cierto, totalmente controlada. 
Día 4: Hay 9 víctimas mortalesEl presidente del gobierno, en una entrevista en The Times , admite que ha habido varios fallecidos, pero «que eran muertos de toda la vida» y culpa, sin acusar a nadie, a gobiernos anteriores y al general Franco. 
Día 5: Hay 11 víctimas mortales. La oposición convoca una manifestación en solidaridad con las víctimas de la intoxicación alimentaria y en contra de los matrimonios entre aficionados del Real Madrid y del FC Barcelona. «No es natural, por mucho que se quieran», dicen.
Día 6: Hay 13 víctimas mortales. El gobierno anuncia un primer paquete de medidas contra la intoxicación, que, por cierto, ya está controlada y remitiendo. La oposición las juzga insuficientes porque no propugnan claramente la rendición incondicional de la bacteria. Los sindicatos exigen que estas medidas incluyan una negociación con los agentes sociales o un incremento de las subvenciones para cursos. Para canalizar las actuaciones, se crea un Observatorio Nacional que coordine los debates entre las Comisiones creadas en todas las regiones, diputaciones provinciales y municipios, a las que se suman el Consejo Económico y Social, el Consejo de Estado y la Federación Española de Paddel.
Día 7: Hay 15 víctimas mortales. El gobierno sólo reconoce 10, la oposición afirma que ya son 20, las ONG's llegan hasta 1.200.  El diario El Mundo revela las negociaciones secretas entre la bacteria causante de la intoxicación y miembros del gobierno. La oposición amenaza con romper los pactos regionales. Los familiares de algunas de las víctimas participan en un Reality Show de Tele Cinco.
Día 8: Hay 17  víctimas mortales.  El Gobierno compra millones de unidades de una vacuna reputadamente ineficaz y las distribuye a las comunidades autónomas tres meses después de finalizar la crisis. Los gobiernos regionales almacenan esas vacunas y compran otras distintas, pero igual de inútiles. Los bufetes de abogados asesoran a los posibles enfermos sobre qué región es más conveniente para morirse, según cada caso. 
Día 9: Hay 19 víctimas mortales. Nueva manifestación a favor de las víctimas. Telemadrid suspende su programación ordinaria para hacer un programa especial de 24 horas. Las asociaciones patronales aprovechan para pedir la flexibilización del mercado laboral como única solución «progresista» y viable contra la bacteria.
Día 10: Hay 21 víctimas mortales. El presidente del gobierno acude a la reunión del G20 y, desde un rincón, explica a la comunidad internacional las excelencias de nuestro sistema de control alimentario y anuncia que la inmortalidad de los españoles será un hecho en esta legislatura. La oposición contesta que cuando lleguen al poder abolirán la inmortalidad.
Día x: Ya no hay más víctimas mortales.  La bacteria causante de la enfermedad se ha nacionalizado española y se ha vuelto inofensiva. Las Comunidades autónomas donan las vacunas sin usar a las víctimas del primer terremoto que se produzca y exigen compensaciones al Gobierno Central. En el diario El Mundo, un nuevo reportaje sobre las conexiones entre la bacteria y los GAL. Los españoles ya no se acuerdan de la intoxicación y siguen atentos al fútbol, que es lo importante.

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