Ha aterrizado en un cráter. Aparcar allí es más difícil aún que en la Tierra |
N.del A. No quiero hoy hacer chanza, burla, mofa ni befa del cacharrito español en el robot de la Nasa. Todo lo contrario, quiero hacer notar que noticias como ésta serán cada vez más escasas dado que la inversión pública en investigación y ciencia se ha reducido en los próximos años a poco más que mirar el cielo por la ventana.
Año III, opus 106
Madrid aterriza en Marte de la mano de la nave 'Curiosity'
El vehículo emplea el dispositivo REMS que actuará en el planeta como una estación meteorológica y que ha sido desarrollado en España
Madrid | 06/08/2012 - 16:47h
El titular es sensacional: Madrid aterriza en Marte. Nada menos. Aclaremos, no quieren decir que se hayan decidido de una vez a enviar a la ciudad entera al espacio exterior, una noticia muy esperada por los habitantes de muchos pueblecitos cercanos que todos los fines de semana ven invadido su ecosistema por millones de domingueros madrileños, sedientos de vida rústica normalizada. No, lo que ha llegado a Marte es un robot, que cuenta con una pequeña estación meteorológica, desarrollada en España, que nos dirá el tiempo que hace en ese planeta tan bonito, pero que no tiene cobertura de whatsapp ni selección de fútbol.
¿Se han preguntado alguna vez qué tiempo hace en Marte? En nuestros noticieros nos cuentan el tiempo que va a hacer en la Península y en las islas, y si ve usted canales por cable, sabrá también si va a llover en Bangkok o en Baltimore. En cambio, los madrileños tenemos una curiosidad inmanejable y nos sentíamos infelices e inseguros porque no sabíamos si había que ponerse una chaquetita por los hombros en caso de salir a pasear por el planeta vecino.
El consejero de Presidencia e Interior se presentó en la estación de Robledo de Chavela, para hacerse fotos y estar en la pomada, sabiendo que con las subvenciones que van a dar a la ciencia en los próximos años, ésta va a ser una de las últimas oportunidades. Pero, oh sorpresa, oh dolor, lo que no se había dado cuenta nuestro insigne prócer es que están gastándose el dinero en un planeta rojo. Es rojo, sí, eso se ve desde la Tierra, y significa, probablemente, que sólo van a encontrar ecologistas, perroflautas y otros retroprogres de variado pelaje como el que les escribe.
¿Querrán saber si va a llover en las asambleas del 15M marciano? No, yo creo que no se han dado cuenta. Lo que habían pensado es que iban a encontrar un sitio bonito donde construir el siguiente aeropuerto sin aviones, cuyas pistas podrían aprovecharse para organizar las próximas Jornadas Mundiales de la Juventud o también Manifestaciones por la Familia. Con seguridad, habían hecho cálculos ya para recalificar el suelo marciano y construir chalés adosados con créditos de Bankia. Un fallo imperdonable para alguien que ha estudiado en planes de estudios mejores que los que quieren imponer. Si se entera doña Esperanza Aguirre, se pone una chaquetita por los hombros y se sube allí arriba a llevarse su estación meteorológica, no sea que haya también funcionarios allí y la vendan para cobrarse la paga de Navidad.
¿No se preguntan ustedes como yo que habría que invertir dinero también en buscar vida inteligente en la Tierra, además de en otros planetas?
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