lunes, 29 de octubre de 2012

El extraterrestre

N. del A. A veces me siento que de veras soy un marciano, especialmente cuando veo tantas cosas que no entiendo en esta Tierra. Me gustaría ser extraterrestre para poder decir: "Todo lo humano me es ajeno". Pero sucede que no lo soy y por tanto no puedo negar que si éste es un planeta de locos, yo lo soy también. 
Año III, opus 113
No se puede ser extraterrestre de forma absoluta, ya que ser alienígena es una condición relativa. Me explico: no siempre he sido extraterrestre. Cuando vivía en mi planeta no lo era. Era una persona normal, como usted, salvando las diferencias, por supuesto. Yo era un señor con su familia y su vehículo con los que iba a pasear por los anillos de Saturno los domingos por la mañana. Sólo empecé a ser extraterrestre cuando llegué al planeta Tierra.

O lo que es lo mismo, yo soy un alienígena para usted, como usted lo es para mí. Recuerde esto cuando usted se burle de mi origen.

Cuando me nombraron corresponsal de la blogosfera en este planeta provinciano, sucio y destartalado que ustedes se empeñan destruir amorosamente, pensé que podría hacer méritos para que me destinaran a Júpiter o a Neptuno, los destinos que todos querrían. Pero no, en la Tierra es imposible hacer méritos. No hay nada en este globo que pueda interesar al público de Saturno, que desprecia todo lo terrícola.

El planeta Tierra es insalubre para un saturniano medio, aunque sabemos el esfuerzo de la especie humana por intentar agradarnos. Tienen ustedes un planeta sin agua potable, casi toda ella en los mares o congelada en los polos, pero observamos con agrado cómo están haciendo lo posible por potabilizar todo esa agua con grandes cantidades de plomo y metales pesados, así como derritiendo ese inútil hielo polar. Sin embargo, aún les queda bastante para conseguir inundar todo de refrescante ácido sulfúrico, como el que disfrutamos en Saturno.

El aire, que antiguamente estaba viciado por un oxígeno irrespirable, está cada vez más saneado con metano y dióxido de carbono, y aunque pronto lo harán respirable para un saturniano, sigue siendo asqueroso. Los extensos y molestos bosques que antiguamente asolaban su superficie, están siendo sustituidos por acogedores desiertos con un ritmo firme y constante, aunque insuficiente. Están consiguiendo extinguir en riguroso orden las especies animales, menos la suya, que medra inútilmente.

Todo eso está muy bien, se lo agradezco en nombre de Saturno, pero quienes no interesan son ustedes, los humanos. Aunque cada día que pasa sean ustedes más y más y se desvivan en inútiles luchas para intentar llamar la atención de quienes vivimos en otros mundos, no interesan nada en Saturno. Aunque nos haga mucha gracia su vulnerabilidad ante las catástrofes naturales, que en Saturno se desencuadernan de la risa cada vez que un terremoto o un huracán les diezma, luego todo se olvida. Muchas personas de bien en Saturno no saben dónde está la Tierra.

Por todo esto le ruego que no me miren por encima del hombro, señores terrícolas, simplemente porque no nací en el mismo planeta que usted. Al menos en el mío, pertenezco a la especie dominante. Ustedes, humanos, no pueden decir lo mismo, pues en su mundo la especie dominante es la bacteria. No sean vanidosos y no desprecien a los alienígenas.

Al fin y al cabo, ustedes no son más que humanos. 

jueves, 11 de octubre de 2012

Tareas Escolares para Malala

N. del A. En estos días se ha escuchado la noticia de esta valiente niña de 14 años tiroteada por pretender ir a la escuela. A menudo se me pasa por la cabeza balacear a mis nenes cuando me protestan por tener que ir a sus clases. Sin duda, la joven Malala sabe apreciar algunas cosas que mis hijos y también los suyos, bello lector, bella lectora, ni siquiera imaginan. Por cierto hoy es el DÍA INTERNACIONAL DE LA NIÑA. Buen día han elegido. 
Año III opus 112

La niña activista tiroteada será trasladada a un hospital cercano a Islamabad

(EFE) – 11-10-2012 hace 6 horas  
Islamabad, 11 oct (EFE).-
Malala Yusufzai, la joven paquistaní de 14 años tiroteada por los talibanes a raíz de su defensa de la educación femenina, será trasladada en las próximas horas a un hospital cercano a Islamabad, informó hoy una fuente oficial.


Malala, que se convirtió en una celebridad por su oposición al terror talibán al defender la educación femenina en su región natal de Swat, en el norte del país, fue tiroteada por los insurgentes el pasado martes cuando se dirigía en un transporte escolar hacia su casa.
Estimada Señorita Yusufzai:

Me permito remitirle las tareas escolares que deberá usted cumplimentar mientras se repone de sus dolencias, para evitar que pierda el presente curso. Por favor, le ruego que ponga mucho interés en adquirir los conocimientos que a continuación le describo. Deberá usted...

Aprender que sus pocos años no la han salvado porque la infancia no es ningún seguro de vida, que todos los días mueren niños y niñas a manos de guerrilleros, salvadores de patrias, bandidos, fuerzas de paz, piadosos o simplemente de algo tan cruel como el hambre.

Aprender que las balas que han atravesado su cuerpo son más pequeñas que las palabras que usted ha sembrado y que existen los chalecos antibalas, pero aún no se ha hecho el turbante, ni el burka, ni el sombrero, ni el casco que pueda impedir el paso a la palabra.

Aprender que algún día, los niños y niñas de Pakistán tendrán mucho que agradecer a los que hoy intenten hablar de libertades y muy poco que agradecer a los que sólo saben hablar de leyes sagradas.

Aprender que en las doloridas manos de las mujeres de su pueblo que, gracias a la escuela,  consigan pensar por si mismas, está el martillo que algún día romperá la cadena que engendra un loco para cada fusil y un fusil para cada loco.

Y procure que...

Que su familia no la descuide.
Que su patria no la abandone.
Que su religión no la condene.
Que su planeta no la olvide.
Que su esperanza no le falte.


domingo, 7 de octubre de 2012

Herodes return's

La matanza de los inocentes,
de El Giotto
N. del A.: A propósito de niños llorones y padres desesperados. Tal vez ustedes puedan decir que sus criaturas han sido como angelitos, eso significa que ya no se acuerdan de las rabietas y llantinas de sus primeros años. 
Año III, opus 111


Tengo unos vecinos bendecidos con un niño hermoso y guapo que no deja de llorar en toda la jornada, la cual prolonga a veces hasta bien entrada la noche. Sus horas de sueño son las de descanso de toda la vecindad. La fragilidad de las paredes de mi edificio permite que todos los vecinos compartamos emociones como ésta, o que podamos tener cumplida información de las desavenencias conyugales y otros problemas que nos afligen. Es algo que debemos agradecer a la empresa constructora que en los años 70 concedió más importancia al lucro de sus dueños que a la calidad de los materiales. 

Yo me quejaba de la portentosa garganta de mi hijo quien desde su nacimiento hasta bien entrado de músculos alivió con sus lágrimas la pertinaz sequía que castigaba España en los años 90 e iluminó con sus ayes vocingleros las aburridas noches de Móstoles. Este joven vecino mío ha hecho bueno a mi chiquitín, lo que nos enseña que siempre hay alguien más desgraciado que nosotros.

Sus rabietas se adornan con las voces desesperadas de sus padres, ora ofreciendo alternativas a sus caprichos, ora impartiendo justicia, ora suplicando por su vida. Es inevitable en estos momentos reivindicar la figura histórica y biehechora del rey Herodes, acusado injustamente acabar con la vida de los mal llamados Inocentes por pura vesanía cuando, si lo hizo, fue por amor a su pueblo. Las noches de Israel nunca fueron tan tranquilas como entonces. 

Sin embargo, no se asusten, nunca llega la sangre al río. La evolución ha dotado a nuestra especie con un maravilloso don: el olvido. Sin esta portentosa cualidad humana, todos los niños llegaríamos a mayores profundamente odiados por nuestros progenitores y en casos como éste, simplemente no llegarían a edad fértil. El olvido es una droga de efectos inmediatos que se desata simplemente con una sonrisa del niño, con una palabra inocente o con un acurrucarse contra nuestro costado. A veces, simplemente ver los párpados plácidamente cerrados del monstruo y escuchar su respiración tranquila y rítmica dispara chorros de olvido sobre nuestro cerebro alborotado. Gracias a eso estamos vivos y existimos.

Aquellos vecinos que compartieron la infancia de mi hijo a costa de su descanso mostraron siempre paciencia hacia él y comprensión hacia nosotros, sus padres. Denunciamos a nuestros vecinos si ponen la música muy alta o hacen ruido con el aspirador, pero no si su pequeño nos destruye el cerebro con sus rabietas. Nuestra especie está adaptada evolutivamente para soportar esta imposición biológica puramente humana, pues no se conoce que los hipopótamos estén cantando boleros a sus crías a altas horas de la madrugada, como supondrán, he tenido que hacer yo. Y eso que entre bolero y bolero yo bostezaba abriendo la boca como un hipopótamo de regular tamaño.

Gracias Herodes por tu buena intención, pero como ves, no hacía falta. 


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