Autor: Forges |
N. del A.: Mi trabajo no es el mejor del mundo ni es algo que me ilusione, aunque reconozco que no estoy descontento del todo. Creo que a todos nos gusta encontrar profesionales a quienes les guste su trabajo y si usted es de los que lo dicen, reciba mi más sincera enhorabuena.
Año IV opus 122
En España hay ya seis millones de parados. Con las previsiones de crecimiento que los organismos oficiales dan para nuestro país y dado que la política económica de nuestros bienamados padres de la patria se dirige a pagar letras y no a crear empleo, podemos decir sin temor a equivocarnos que esa cifra no va a bajar en mucho tiempo. Hará falta un milagro económico al estilo del japonés de la postguerra para mejorarlo y no parece que el Cielo esté contento con nosotros, por lo que no cabe esperarlo.
Todo esto significa que de cada cuatro españoles en edad de trabajar, menos de tres lo hacen. Si tenemos en cuenta la población pasiva, compuesta por cada vez más viejitos y añadimos los desempleados y aquellos que no buscan trabajo ya sea por pereza o por su nutrido patrimonio y tampoco nos olvidamos de la numerosa población reclusa y de la que practica la delincuencia fuera, ni tampoco de la creciente clase política que trabaja sólo en pos de su negocio ni de aquellos que tienen la fortuna de tener empleo, pero no dan ni chapa haciendo gala de ese espíritu holgazán tan bien visto en España (no especifico colectivos laborales ni regionales, esto va por todos) podemos afirmar, también sin temor a equivocarnos, que cada uno de los que trabajamos como es debido lo hacemos para mantener a cuatro españoles.
Así sí que se rompe España.
Uno de las malas consecuencias de esta situación, aparte de las tragedias de cada casa, es la de la elección del trabajo. Evidentemente, no estamos para elegir, cada cual trabajará en lo que pueda. Y eso es lo que yo, en este blog martillo de herejes, quiero denunciar hoy.
La prosperidad de un país debería medirse, no en términos de renta per cápita ni de producto interior bruto, sino computando el número de personas que trabajan en lo que les gusta. Es tan importante porque redunda directamente en nuestra felicidad y en la de los que dependen de nosotros. A mis hijos les digo a menudo que no me importa si eligen ser aviadores o payasos en un circo, ingenieros de caminos o carpinteros, siempre que sea lo que ellos decidan hacer. Lo importante es cumplir cada día el trabajo que nos llena y nos satisface. De esa manera, probablemente habría menos malos modos en los autobuses por las mañanas y menos malos tratos en los dormitorios por las noches.
Por supuesto que a pocas personas les gusta limpiar escaleras, pero existen. Seguro que hay gente para todo y aunque, por lógica, nunca se pueda acomodar a todo el mundo, el porcentaje de personas que consiguen trabajar en «lo suyo» es uno de los indicadores que deberían tenerse en cuenta en el Debate sobre el estado de la nación, junto con el de orgasmos por habitante y año y el de risas por kilómetro cuadrado.
Y esta maldita crisis está bajando esos indicadores. Las reformas laborales, los recortes de salario, las privatizaciones, las reformas involucionistas, todo está empozoñando la vida en los trabajos que nos dan la vida. No midan el problema sólo por la aritmética que señala el número de desempleados, la crisis y las medidas que se inventan para atajarla nos envenenan más cosas aparte de la nómina.
Por favor, padres de la patria, arréglenlo.
Qué razón tienes. A mi me gusta mi trabajo, la verdad. Aunque creo que no es lo mismo trabajar en lo que te gusta que que te guste tu trabajo. Es más, puedes trabajar en lo que te gusta y encontrarte con que no te gusta el trabajo.
ResponderEliminarY aún añadiría una puntualización más: creo que hay gente que trabaja aún sin gustarle su trabajo no sólo por necesidad sino también por avaricia u otros motivos similares.
Así pues lo importante es estar a gusto con lo que haces, creo yo.
→natsnoC: podríamos haber hecho esa diferencia que dices, yo creo que me gusta mi trabajo aunque no trabajo en lo que me gusta. Y lo de los avaros, eso ya es para otro post, que trabajar por avaricia, que los hay, eso ya tiene lo suyo.
Eliminarug
Cuenta una más, que yo acabo de quedarme el paro. Tienes toda la razón en tu post.
ResponderEliminarBesos
Nela
Igual que hay gente que le gusta su trabajo, también hay a quien le gusta el paro, aunque supongo que no es tu caso.
EliminarAsí que suerte, paciencia y que se te solucione pronto.
Ug
NO puedes tener más razón... a mi me gusta el mio, lo reconozco, me gusta y las horas me pasan volando pero debo tener una vena aristocrática importante: preferiria estar dedicandome exclusivamente a mis multiples hobbies, cobrar por ello, estar siempre estupenda y encima quejarme de que no tengo tiempo para nada, entre tanta exposición, comida y fiestas de postín.
ResponderEliminar→Kira: estoy convencido que para ser una diva de la jet, dedicada exclusivamente a ti misma y a tu imagen también hay que valer. Hace falta cualidades físicas de resistencia, sin duda.
EliminarUg