viernes, 4 de noviembre de 2011

Nuevas enfermedades

N. del. A. He estado leyendo en Internet que cada día tenemos más dolencias ocasionadas por lo teléfonos móviles, los ordenadores o la vida moderna en general . Son dolores que el hombre del Paleolítico no padecía. En cambio, los ataques de tigres Dientes de Sable son, hoy en día, casi inexistentes y es que cada época tiene sus riesgos. 
Año II, Opus 79

 Unos médicos muy serios, ataviados con batas blanquísimas, han catalogado una serie de nuevas patologías que no han sido producidas por virus, ni accidentes, ni siquiera por deformaciones genéticas. Son dolencias causadas por nuestra propia forma de vida. Cosas tontas, muy tontas, pero que son síndromes con nombre y todo, aparecidos a finales del siglo XX y principios del XXI. Si su nivel cultural,  amable lector, es semejante al de la media de los televidentes españoles, le aclararé oportunamente que el siglo XXI es en el que vivimos actualmente.
 Se puede leer, por ejemplo, en este artículo  o en este otro, una lista completa de estas enfermedades peculiares. Por supuesto, si está en Internet es verídica, porque en Internet nadie miente. ¿No?
 Se indica el año en que han sido catalogadas, verán que algunas son ya antiguas, de cuando llevábamos pelo en la cabeza, ilusiones en la bolsillo y esperanza en los corazones. O incluso antes.
Si tengo un buen fajo de billetes
 en el bolsillo, por mí
 que se pudra el músculo
piramidal.
→ (New England Medical Journal 1966) Tarjetitis. Dolores musculares en los glúteos y en el muslo (dolor de culo propiamente dicho), motivado por llevar la billetera en el bolsillo trasero del pantalón, oprimiendo el músculo piramidal de la pelvis. Este mal lo padezco yo, porque siempre llevo la cartera en ese bolsillo, debido a que el pantalón es la única prenda que nunca olvido ponerme cuando me desnudo en alguna casa que no es la mía. En las ocasiones en que debo escapar apresuradamente por la escalera de incendios por la llegada de algún marido armado, abandono zapatos, chaquetas, sombrero o bastón, pero el pantalón, con el dinero y mi documento de identidad, jamás.
Saltar como un perrillo y atrapar
el disco con los dientes. Verán qué risa.
→ (New England Medical Journal, 1975) Dedos de Frisbee. Cortes en la falange provocados por jugar continuamente a lanzar el platito para que lo atrape el perro con los dientes. Pueden elegir  hacer el papel del perrito que es más divertido, se trata de saltar y atrapar el disco con los dientes. Se ríe uno hasta desencajarse el diafragma, especialmente los espectadores. En este caso, en vez de los dedos de frisbee  se perjudica la dentadura y el amor propio, pero como saben, ambas cosas se reparan con dinero. 
Quino hubiera dibujado así 
este síndrome. ¿No?
→(Lancet, 1966) Síndrome de la Mujer Trabajadora: No me digan que éste no lo conocen. Los síntomas inventariados son fatiga, irritabilidad, dolor de cabeza, disminución de la libido e insoportabilidad del cónyuge. Si usted, querida lectora, llega a casa a tiempo de hacer la cena después de un día completo de trabajar, recoger a los niños del colegio, hacer la compra, llevar los niños a judo y recoger el abrigo de su madre de la tintorería, sepa que además, tiene que encontrar tiempo para ir al médico. Mientras, le está permitido jurar en arameo.
Esta es la enferma,
no la enfermedad.
Era preciso aclararlo.
→(Wester Journal of Medicine, 1984Síndrome del Marido Retirado: Tensión, dolor de cabeza, depresión y ansiedad. Es una enfermedad padecida por mujeres, cuyos maridos se jubilan en mala hora.   Toda una vida dueñas de la casa y ahora tienen a un zangonazo molestando todo el día. Dios no castigó a Adán con ganarse el pan con  el sudor de su frente,  sino que fue una forma de compensar a Eva, quien se merecía unas horas de tranquilidad al día para disfrutar de su propio castigo.
Un calvorota que todavía no sabe
que lo va a ser.
→(Journal of the American Medical Association, 1984) Alopecia Walkmaniana. Llevar los auriculares en la cabeza provoca la desforestación craneal. Hoy en día, el IPod es cada vez más pequeño, pero los auriculares son cada vez más grandes, así que esta terrible lacra de la sociedad moderna seguirá existiendo. Sin embargo, yo no hago responsable de mi calvorota a la música. El rock, si es bueno, no puede hacer daño.


El sufrimiento provocado por
este síndrome es inhumano,
como ilustra bien la imagen de
este pobre enfermo.
→(English University Press, 1975) Calambres del contador de dinero. Ataques dolorosos en los músculos por estar contando billetes continuamente. Yo no lo padezco, pero ya me gustaría. Según parece, aún queda mucho trabajo para erradicar esta enfermedad de los ayuntamientos españoles, donde aún hoy se utiliza la bolsa de basura llena de billetes para cultivar las voluntades. Por el amor de Dios, señores constructores ¿no podríamos empezar ya a sobornar con tarjeta de crédito?
 Me quedan aún otras enfermedades, como la del bloguero mentirosillo, pero de eso hablaremos otro día, que ahora tengo que escribir un post sobre cómo seduje a Charlize Theron. ¿No?

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