N. del. A. He estado leyendo en Internet que cada día tenemos más dolencias ocasionadas por lo teléfonos móviles, los ordenadores o la vida moderna en general . Son dolores que el hombre del Paleolítico no padecía. En cambio, los ataques de tigres Dientes de Sable son, hoy en día, casi inexistentes y es que cada época tiene sus riesgos.
Año II, Opus 79
Unos médicos muy serios, ataviados con batas blanquísimas, han catalogado una serie de nuevas patologías que no han sido producidas por virus, ni accidentes, ni siquiera por deformaciones genéticas. Son dolencias causadas por nuestra propia forma de vida. Cosas tontas, muy tontas, pero que son síndromes con nombre y todo, aparecidos a finales del siglo XX y principios del XXI. Si su nivel cultural, amable lector, es semejante al de la media de los televidentes españoles, le aclararé oportunamente que el siglo XXI es en el que vivimos actualmente.
Se puede leer, por ejemplo, en este artículo o en este otro, una lista completa de estas enfermedades peculiares. Por supuesto, si está en Internet es verídica, porque en Internet nadie miente. ¿No?
Se indica el año en que han sido catalogadas, verán que algunas son ya antiguas, de cuando llevábamos pelo en la cabeza, ilusiones en la bolsillo y esperanza en los corazones. O incluso antes.
→ (New England Medical Journal 1966) Tarjetitis. Dolores musculares en los glúteos y en el muslo (dolor de culo propiamente dicho), motivado por llevar la billetera en el bolsillo trasero del pantalón, oprimiendo el músculo piramidal de la pelvis. Este mal lo padezco yo, porque siempre llevo la cartera en ese bolsillo, debido a que el pantalón es la única prenda que nunca olvido ponerme cuando me desnudo en alguna casa que no es la mía. En las ocasiones en que debo escapar apresuradamente por la escalera de incendios por la llegada de algún marido armado, abandono zapatos, chaquetas, sombrero o bastón, pero el pantalón, con el dinero y mi documento de identidad, jamás.
Se puede leer, por ejemplo, en este artículo o en este otro, una lista completa de estas enfermedades peculiares. Por supuesto, si está en Internet es verídica, porque en Internet nadie miente. ¿No?
Se indica el año en que han sido catalogadas, verán que algunas son ya antiguas, de cuando llevábamos pelo en la cabeza, ilusiones en la bolsillo y esperanza en los corazones. O incluso antes.
Si tengo un buen fajo de billetes en el bolsillo, por mí que se pudra el músculo piramidal. |
Saltar como un perrillo y atrapar el disco con los dientes. Verán qué risa. |
Quino hubiera dibujado así este síndrome. ¿No? |
Esta es la enferma, no la enfermedad. Era preciso aclararlo. |
Un calvorota que todavía no sabe que lo va a ser. |
El sufrimiento provocado por este síndrome es inhumano, como ilustra bien la imagen de este pobre enfermo. |
→(English University Press, 1975) Calambres del contador de dinero. Ataques dolorosos en los músculos por estar contando billetes continuamente. Yo no lo padezco, pero ya me gustaría. Según parece, aún queda mucho trabajo para erradicar esta enfermedad de los ayuntamientos españoles, donde aún hoy se utiliza la bolsa de basura llena de billetes para cultivar las voluntades. Por el amor de Dios, señores constructores ¿no podríamos empezar ya a sobornar con tarjeta de crédito?
Me quedan aún otras enfermedades, como la del bloguero mentirosillo, pero de eso hablaremos otro día, que ahora tengo que escribir un post sobre cómo seduje a Charlize Theron. ¿No?
Me quedan aún otras enfermedades, como la del bloguero mentirosillo, pero de eso hablaremos otro día, que ahora tengo que escribir un post sobre cómo seduje a Charlize Theron. ¿No?
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