N. del A. Como en otras ocasiones, me veo obligado a irme de vacaciones con mis chiquitines. Afortunadamente, dispongo de este multitudinario medio de comunicación para pedirles a todos disculpas por ello.
Año III, opus 104
Me voy de
viaje con mis señores hijos y lo siento por ustedes, audaces blogueros, porque
no van a venir conmigo, pero es que mis herederos son de las pocas personas a
las que tolero que me amarguen mis merecidas vacaciones.
Lo siento por frau Merkel,
que no le gusta que los españoles tengamos tantas vacaciones, pero tampoco a mí
me gusta su peluquero y no le digo nada. Además, nos vamos a disputarles las
playas andaluzas a los jubilados alemanes.
Lo siento por las televisiones públicas y privadas, ya
que voy a pasar una semana sin tele, ni internet ni prensa canalla y falaz, así
que voy a estar siete días sin ser manipulado por nadie y con tiempo para
pensar por mí mismo.
Lo siento por Esperanza Aguirre porque no voy a poder
darle unos azotitos por querer modificar las leyes del tabaco y del juego para
que un millonario americano traiga aquí sus casinos. No obstante, le dejo un
cuaderno de caligrafía Rubio para que
me copie cien veces: «No prostituiré las leyes».
Lo siento por los
jugadores de la selección española masculina de fútbol, a quienes no voy a poder recordarles que declaren el
importe de las primas ganadas en la Eurocopa en suelo español, que a veces, si
no estoy yo atento, se hacen un lío y las declaran en paraísos fiscales.
Lo siento por la banca
española, tan necesitada de activos, porque me voy a gastar mi dinero en helados
por las terrazas de la playa en vez de invertir en participaciones preferentes como las que han usado para usurpar los
ahorros a quien aún tenía algo.
Lo siento por los mineros asturianos y leoneses que
llegan a Madrid a intentar salvar su medio de vida, porque no voy a estar aquí
para ver cómo dejan la huella carbonosa de su mano en las nalgas de la
Mariblanca de la Puerta del Sol, pues es seguro que la Delegada del Gobierno no
les permitirá que dejen la huella en las suyas.
Lo siento por los
escolares que están perdiendo el tiempo en frívolos juegos de vacaciones en vez de estar socializando en aulas abarrotadas
de niños que, según nuestro nuevo hallazgo de ministro de Educación, es lo que necesitan.
Lo
siento por la Royal Navy británica,
porque voy a nadar en aguas del estrecho de Gibraltar y como me cruce con alguna
fragata que venga de incordiar a los pescadores, la hundo de un mordisco. Que
me conozco.
Y finalmente, lo
siento por los gamberros y borrachines que dan una nota de alegría y color a
las veraniegas noches de verano en mi barrio porque no les van a llegar mis entusiastas
maldiciones para desearles que descansen en paz.
Y a ustedes, hasta
pronto.
Felices vacaciones! Piensa en ti y solo en ti. Todo lo demás puede esperar
ResponderEliminarBesos
→Layna: muchas gracias, como ves, te he hecho caso y he esperado a volver para responder.
EliminarUn saludo,
ug