viernes, 1 de febrero de 2013

¡Cuánto daño!

N. del A: La corrupción de los poderes públicos no es exclusiva de España, existe en  todos los  países y culturas, tampoco es exclusiva de una ideología política, ni de una determinada clase social y todo ello es porque el alma humana se fabrica en serie y nos hace a todos iguales. Esta realidad, sin embargo, no debe servirnos de excusa para tolerar lo intolerable.
Año IV 124
Cuando escucho en los noticieros televisivos hablar sobre la corrupción en España me entran ganas de gritar. No me refiero a salir a la calle con cacerolas para gritar las consignas del 15-M como ésta, mi favorita: «NO HAY PAN PARA TANTO CHORIZO», porque verdades como ésa me hacen salivar y me abren el apetito. No hablo de gritar pidiendo justicia, porque es seguro que sólo por pedirla me cobrarían las tasas. Tampoco me refiero a gritar pidiendo la castración química de los corruptos, para que, al menos, no les puedan heredar, porque ya es tarde, todos tienen familia.

Yo me refiero a gritar de dolor.

A mi no me preocupan los pillos que reciben sobresueldos en sobres o en trajes a medida, ni me quitan el sueño quienes de la noche a la mañana pueden permitirse comprar fincas con encinares o pisos de lujo en Manhattan, porque no les envidio. A mí me preocupa y me duele el origen de ese dinero, porque  la plata  que araña un político corrupto es sólo una parte de la que otro granuja obtendrá de esos favores. Son el resultado de negocios que de forma honrada no se pueden resolver. A mi me duele el daño que se nos ha hecho a usted, a mí, a aquel otro que no me lee o a aquel que me lee creyendo que soy otro. Ese daño que se nos ha hecho es muy grande y justifica gritar.

Cada euro ganado así se ha conseguido a costa de pisotear los derechos de alguien, de unos pocos, de muchos o tal vez de todos. Para obtenerlo, se ha debido expropiar de forma injusta a un ciudadano, o se ha obtenido una licencia de obras donde no se debiera obtener, o se ha perjudicado a quienes licitaban de forma honrada o se ha autorizado una subida de tarifas que todos pagaremos. Cada sobre con dinero sucio implica que antes se haya sancionado una ley, promulgado un decreto, publicado una ordenanza o adjudicado un contrato persiguiendo un interés que no era el interés general.

Un dinero corrupto no se gana repartiendo alimentos entre los niños del Sahel ni salvando a las ballenas de los que las matan en el Atlántico. Al contrario, se obtiene repartiendo fusiles a los niños y mirando hacia el otro lado del mar donde no están  arponeando a las ballenas. 

No posible determinar qué porcentaje del PIB es el que se acumula en unas pocas manos gracias a las decisiones políticas «sabiamente orientadas», pero seguro que es una cantidad dolorosa. El daño es grande porque el dinero que se pierde entre las juntas de las cañerías del poder es el que luego falta para mantener un centro médico en algún pueblo pequeño. Es un dolor agudo el que produce pensar que quien debe velar por nosotros, nos miente primero, nos roba después y termina mintiéndonos de nuevo.

Por eso dan ganas de gritar de dolor.




6 comentarios:

  1. Dan ganas de gritar y de muchas otras cosas, muy pocas relacionadas con eso de poner la otra mejilla.

    Pero el problema no es la corrupción, es la IMPUNIDAD. Estoy dispuesto a aceptar la corrupción como animal de compañia, de la misma manera que a pesar de las trampas es imposible acabar con todas las cucarachas.

    Pero si ves una, PISOTÓN. Los corruptos deben devolver todo el dinero hasta el último céntimo, y si no tienen patrimonio, deben contraer una deuda con el estado que se les descontará de nóminas y pensiones hasta saldarla. ¿La cárcel? También, pero sobre todo el dinero, que como dices es dinero que nos quitan a todos.

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    1. →natsnoC: probablemente sea cierto que es antieconómico encarcelarlos o fusilarlos antes de que devuelvan su dinero. Pero un ser humano no puede vivir tanto tiempo como para pagar 22 millones de euros haciendo trabajos forzados.

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    2. A ver, yo dejaría que se pudiera librar de la cárcel si además de devolver TODO lo robado (más sus correspondientes intereses), está dispuesto a pagar un recargo como mínimo del 50% (en función de la gravedad de la pena, lo aumentamos). Si no, cárcel. Si el delito económico ha supuesto quebranto importante a terceros, cárcel.

      Lo de devolver el dinero es independiente. A aquellos que no puedan pagar, se les confisca el patrimonio y cualquier ingreso futuro (incluyendo pensiones) hasta recuperar lo robado (o hasta su fallecimiento). Habría que permitirles unos ingresos mínimos de subsistencia, claro.

      Y además, a los políticos condenados por corrupción, prevaricación, etc... hay que retirarles sus beneficios, a nivel de pensiones y demás.



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    3. →natsnoC: eres muy bueno con ellos, yo además de que paguen todo eso, les ahorcaría lo primero de todo, luego otra vez cuando hayan pagado el 50% y finalmente les colgaría al final, antes de liberarlos.

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  2. Hay que ser indulgentes, Ug... Con los que se arrepientan y devuelvan la pasta hay que mostrar cierta deferencia y permitir que no sean ahorcados con sus propias tripas, que entiendo es el procedimiento de que hablamos para el resto.
    Recuerda que mostrarse agradecido siempre fue de bien nacidos.

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    1. →Larry: nada hay más valioso que la voz de la sabiduría, que en este caso llama al perdón y a la mesura.
      Te haré caso y descolgaré a algunos que había conseguido capturar ya.
      Ug

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Sus comentarios son bienvenidos, muchas gracias.

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