N. del A. Reivindico hoy los derechos de zombis, vampiros, orcos y demás criaturas que en el cine, la televisión o en los videojuegos son objeto de nuestro prurito de matar y matar. Ellos también nos quieren matar a nosotros, pero yo pregunto ¿quién empezó primero?
Año IV opus 125
No me gustan las películas de zombis ni las de vampiros. En este punto creo estar en contra de las últimas modas mayoritariamente aceptadas por los consumidores y que previamente han sido sin duda ideadas y planificadas por alguna oscura sociedad secreta compuesta por productores de cine y técnicos de márquetin.
No me gustan las pelis de zombis porque son muy crueles. Se permiten mostrar escenas en las que los protagonistas destrozan indiscriminadamente cabezas de seres humanos, niños incluidos, y no nos escuece la conciencia porque la acomodamos pensando que ya no son personas, sino alimañas. Disparar sobre zombis «se puede» y permite fantasear con disparar a bulto contra las multitudes. Nos libera ese demonio que todos llevamos dentro y que está deseando tirotear a nuestro vecino, a nuestro jefe y a nuestra cuñada. Quién no ha pensado alguna vez en entrar en unos grandes almacenes y ametrallar todo lo que se mueva y sin embargo, sólo unos pocos, merced a la Asociación Americana del Rifle, consiguen cumplir esa fantasía. Los demás se limitan a excitarse mediante la idea de protagonizar una matanza con la tranquilidad que da saber que la policía no nos va a decir nada.
Yo, además, confraternizo con los zombis porque me parezco a ellos: yo también soy torpe de andares, parco de palabras y voraz en el comer. Por favor, no por ello me vuelen mi monda cabeza, ni siquiera cuando haya muerto.
Tampoco me gustan las pelis de vampiros, al menos las modernas, porque los no muertos de ahora son muchachos guapísimos a pesar de contar con cientos de años de edad, es decir, son insultantemente más atractivos que quien esto les escribe, más joven y aferrado a la vida que ellos. Estos vampirillos pisaverdes imponen modas de ropa en la juventud y sin embargo, tienen remilgos de conciencia a la hora de morder a la muchacha que se les ofrece franca. Admiro, por el contrario, al conde Drácula clásico encarnado por Bela Lugosi o Cristopher Lee. Aunque chapado a la antigua, este vampiro era sobre todo, un elegante caballero que recibía a sus víctimas en su castillo perfectamente peinado y vestido de gala, aunque fuera a deshoras y en medio de una tormenta feroz. Todo lo contrario que yo, que a cualquier hora del día me encontrarían en mi casa en pijama y con zapatillas de conejitos como un gañan. Era también este conde un vampiro certero y eficaz que nunca dejaba escapar un buen cuello femenino con escote estilo imperio.
Igual que los vampiros, a mi también me gusta dormir por el día y asaltar por las noches escotes estilo imperio. Por favor, no por ello me claven una estaca en el pecho, aprovechando mi sueño.
A veces creo que este mundo está dividido entre personas que caminan erráticas como zombis, siguiendo a cualquier seductor granuja sin saber por qué, sin otro afán que conseguir algo que comer o algo que ver en la televisión y por otro lado, las personas que gobiernan el mundo, los vampiros que se alimentan de nosotros, los zombis. Sin duda debe haber un rechazo oculto en nuestro subconsciente que no quiere ver que todos somos zombis o vampiros (vale, usted no, como quiera) y de ahí el temor que nos inspiran y las ganas de matarlos. De una manera u otra, no me gusta ver imágenes en las que se mata con alborozo a estas criaturas, aunque sean seres no humanos, porque precisamente los genocidios del mundo real se apoyan en la misma idea: aquellos a quienes se aniquila no son personas.
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A mi no me gustan las de zombis pero más porque eso de las vísceras y los sesos me da asquillo.
ResponderEliminarSí me gustan las de vampiros pero no las de ahora, con esos vampiros poetas metrosexuales.
Pensando en hombres lobo, qué bueno era el de Nicholson.
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No creo que esto tenga nada que ver con el genocidio (salvo que consideres genocidas a los otros) sino más bien con la supervivencia. Matar o morir. aunque si dependiera de nosotros, la humanidad lo tendría crudo...
→natsnoC: asquito sí que da. Lo de los zombis menos, me refiero a los vampirillos pijillos.
EliminarSí,hombre,sí, el genocidio. Matar zombis a cascoporro, es un genocidio y apuñalar a un vampiro en su propio féretro debería ser también homicidio.
Ug