sábado, 24 de septiembre de 2011

Pongámonos en lo peor

N. del A. Leo en la prensa que el satélite de la NASA UARS va a caer esta madrugada a la tierra. También he leído que la posibilidad de que me caiga encima es de una entre varios billones, es decir, que es más probable que me toque diez veces consecutivas la lotería. Si sobrevivo, compraré unos décimos de lotería.
Año II Opus 73

Viernes, 23/9/2011, 23:08 h

ELPAIS.COMSociedad


La NASA retrasa a esta madrugada su predicción de caída del satélite

Los expertos creen que se precipitará en el Pacífico en torno a las tres de la mañana.- En el rango de horas que contempla el margen de error, el 'UARS' pasaría dos veces sobre España


ALICIA RIVERA - Madrid - 23/09/2011

El paso del 'UARS' sobre España
En este mapa han señalado las trayectorias del satélite
y pasan muy lejos de Móstoles, pero... ¿quién sabe? En
Móstoles somos muy nerviosos y eso excita fatalmente
a los satélites.
La NASA ha retrasado la hora para que caiga el satélite a la Tierra a esta madrugada, hora de España. Llevan días diciendo que no tienen ni idea de cómo calcular dónde y cuándo caerá. Eso es porque la NASA no está en Hollywood, porque en las películas siempre son capaces de calcular el instante exacto y  el lugar preciso, que siempre es una populosa ciudad norteamericana, que por cierto, siempre desalojan desastrosamente. En la vida real, EE.UU. comparte generosamente el peligro con todo el planeta.

Probablemente cuando ustedes lean este escrito ya me habrá caído el cacharro encima mismo del colodrillo. ¿Que por qué a mi? Tengo más posibilidades que los demás porque soy calvito y cabezón. Expongo más superficie corporal a los artefactos del espacio exterior. Ya  sé que es muy dificil que me caiga a mí, pero nunca se sabe.

Pongámonos en lo peor, que me cae directamente en la calvorota. Un artefacto como un autobús de grande, de seis toneladas de acero y titanio, si me da en la cabeza, me puede hacer mucha sangre. La razón es que en la cabeza tenemos mucho riego sanguíneo y cualquier heridita sangra que es un escándalo. Es muy probable que tengan que darme puntos de sutura. 

Pongámonos en lo peor, que se me infecta la herida, porque al fin y al cabo, lo que me golpea es chatarra, que no han lavado nunca. Normalmente bastaría con una penicilina para tratar la infección, pero si es el agente contaminante es extraterrestre (La amenaza de Andrómeda, Robert Wise, 1971), probablemente no funcionen los antibióticos de aquí. Y lo que es peor, seguramente el tratamiento no lo cubre la Seguridad Social. Me voy a gastar un dineral para no curarme.

Pongámonos en lo peor, que la infección no se produce por un virus iletrado y autista como los que habitan en la tierra, sino por una forma microscópica de vida inteligente. Un vida alienígena que penetra en mi cuerpo por la herida y se apodera de mi personalidad para cambiarla completamente. Podría convertirme en un sujeto sin emociones, serio e impertubable como Esperanza Aguirre (La invasión de los ladrones de cuerpos, Don Siegel, 1956) o por el contrario en un sátiro que vaya levantando las faldas a las señoras, como Silvio Berlusconi (Vinieron de dentro de..., David Cronenberg, 1975)  Si puedo elegir, prefiero éste.

Pongámonos en lo peor, que este ser que me domina me obliga a cometer las peores fechorías(Fantasmas de Marte, John Carpenter, 2001). Viles actos inimaginables para mí en mi sano juicio, como saltarme los semáforos en rojo, pisar los jardines o no pagar mis impuestos. ¿Qué podría hacer yo para evitar convertirme en un malvado semejante?  Podría morirme, ya lo sé, pero espero que se les ocurra otra cosa mejor.

Pongámonos en lo peor, que soy poseído por un alienígena de derechas de toda la vida. Yo no sé qué clase política tendrán por ahí fuera, pero nunca he visto una película que relate la lucha de clases entre marcianos. Al contrario, los extraterrestres que conozco son fachas empedernidos como Darth Vader (La venganza de los Sith, George Lucas, 2005)o Míster Spock, que es otro tipo que parece sacado del partido nazi (Star trek, la película, Robert Wise, 1979). No me imagino convertido en un tipo así. 

Pongámonos en lo peor, que esta forma de vida es hincha del Real Madrid. No sería extraño que un equipo tan lleno de Galácticos tenga también sus peñas en el espacio exterior, máxime cuando todos los partidos del Real Madrid se retransmiten vía satélite. Algo se tiene que escapar por ahí. El extraterrestre podría haberme infectado deliberadamente con la firme determinación de acudir al Santiago Bernabeu para admirar las hazañas de Jose Mourinho, por ejemplo.

En este punto de la reflexión, ya estoy suficientemente preocupado. Esta noche no saldré de casa, me protegeré con almohadas y cojines para minimizar lo que parece inevitable. Y si me ven pisando el césped de los jardines durante este fin de semana, con una venda en la cabeza y dando vivas altenativamente a Franco y a Cristiano Ronaldo, por favor, no me lo tengan en cuenta: recuerden que únicamente soy una víctima inocente de la NASA.
Vaya un cacharro que se nos cae encima.
¿Es que no podían haber dejado que lo recogieran
 unos chatarreros con su furgoneta?

3 comentarios:

  1. Estoy segura que dejé como tres comentarios ya.

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  2. →Montse: parece que tienes algún problema con los comentarios. El primero, en el que dices "m", estoy totalmente de acuerdo contigo.

    Muchas gracias y un abrazo
    Ug

    ResponderEliminar

Sus comentarios son bienvenidos, muchas gracias.

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