miércoles, 15 de febrero de 2012

Despertador Canalla

N. del A. Hoy voy a hablarles de un tema trivial y doméstico que les sucede a todos ustedes. No voy a hablar sobre esa reforma laboral que si el propio gobierno califica de agresiva, cómo la vamos a calificar nosotros. No sé si prefiero el autoengaño terminológico del gobierno anterior o la castellana crudeza de éste. 
Año III, opus 90
El artefacto más odiado que hay en mi casa es el despertador. Al contrario que el retrete, que sólo cosecha alabanzas, especialmente en momentos de urgencia, el despertador es denostado y aborrecido sin ningún paliativo. Que no es un hecho casual lo demuestra el que las injurias hacia él se produzcan de forma periódica y siempre a la misma hora.

Sé que ustedes que me conocen esperaban de mí un artículo sobre la amabilísima reforma laboral que el viernes pasado nos fue otorgada en forma de Real Decreto Ley, porque saben que todas estas cosas me centrifugan el alma. Y puede que también esperaran, conocedores de mi afición por las analogías, alegorías, metáforas, semblanzas y prosopopeyas que aprovecharía las más que evidentes similitudes que hay entre un despertador y un gobierno


No es así, hoy no vengo a hablar de política, sino a traer un episodio de dibujos animados. Efectivamente, mi despertador lo he elegido yo, para servir a mis intereses, yo lo he pagado y yo lo mantengo a diario, de la misma manera que los ciudadanos hacemos con nuestro gobierno. He de decir también que yo   perfectamente lo que va a hacer el despertador al día siguiente tanto como que no nos puede llevar a ninguna sorpresa lo que va a hacer el Gobierno, porque todos lo sabemos. Y sin embargo, ...


... al día siguiente, tanto el despertador como el gobierno nos joden.


No escarmentamos, sabemos lo que va a pasar un día tras otro y nos llevamos el disgusto sin excepción. Tengo que decirles, sin embargo, que al menos mi despertador puedo machacarlo con un martillo si quiero. O comérmelo. O desenchufarlo.


Lo siento, pero yo no venía a hablar del Gobierno, sino de mi despertador. Les traigo un magnifico episodio de La Pantera Rosa, donde sufre las mismas torturas que yo por las mañanas. Mi despertador... Ese artefacto que ha aprendido a sobrevivir perfectamente en atmósfera de vilipendio y que ya he programado para que mañana me despierte a las cinco y media... 


...con un nuevo Decreto-Ley.


2 comentarios:

  1. ¿A las cinco y media? Muy pronto!! ¿ y si no existiera tu despertador? ¿vivirías mejor? ¿ sin gobierno las cosas irían mejor? Podemos cambiar la marca del despertador pero debe existir, es necesario...sino nunca nos levantaríamos tan temprano sin su ayuda. Besos. Me encantan tus reflexiones.

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    Respuestas
    1. Layna→ Creo que tienes muchísima razón, debería cambiar de marca de gobierno o votar a otro despertador. Pero al final da lo mismo que te despierten con música o con zumbidos, son sólo «rodeos que va dando la cadena».
      Gracias y besos.
      Ug

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Sus comentarios son bienvenidos, muchas gracias.

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