N. del A. Hoy, 22 de febrero, se celebra el Día Internacional para la Igualdad en el Empleo y contra la Discriminación. La costumbre de celebrar días internacionales de cosas distintas cada día sirve para que hablemos de ello y de esta manera, "entrenar conciencias". Y enterarnos de cosas que no sabemos o no tenemos siempre a la vista.
El artículo 14 de nuestra Constitución declara la igualdad de los españoles ante la ley. Este "españoles" incluye a tanto a españoles como a españolas, así que ¿por que necesitamos un día internacional de la igualdad en el empleo? Tal vez se piensen que está ya todo hecho con esto, pero según leemos en los periódicos no es así. Nos enteramos de cosas como ésta:
Según la Unión Europea -ya saben cómo les gusta a los políticos hacer medias aritméticas - una mujer en Europa debe trabajar unos 418 días para cobrar lo mismo que un hombre en un año.
Lo que no viene a significar que los hombres y mujeres no seamos iguales en la práctica, no es eso. Simplemente es que una buena cantidad de empresarios lo interpreta de esta otra manera:
En la empresa los trabajadores y las trabajadoras son exactamente iguales, faltaría más, durante todos los días del mes... con excepción del día que cobran.
Vamos, que la Constitución no dice expresamente que tenga que durar el año lo mismo para ellas que para nosotros. Esto se llama brecha salarial, que en España es del 22%, y de un 15% en la UE (¡Ohh...! Lo siento mucho, señora Merkel, en esto vamos los españoles en cabeza)
En cambio, nuestras mujeres nos ganan en otras magnitudes del mundo laboral, donde sus cifras son más altas que las de los hombres:
- La tasa de desempleo
- Los contratos temporales
- Los contratos de trabajo a tiempo parcial (generalmente no es para compaginar el trabajo con sus hobbys)
Y esto pasa en nuestra civilizada Europa, qué no sucederá en otros lugares donde te dan de latigazos sólo por levantar la mano y plantear este problema. Aunque no pueda servir de consuelo, les dejo con algunas imágenes de lo que es trabajar por ahí afuera, donde no existe el término convenio laboral y las únicas brechas están en las frentes y en las manos.
Si los millones de mujeres que tienen que recorrer grandes distancias para ir a por agua tuviesen un grifo en la puerta de sus casas, sociedades enteras se transformarían. (Foto National Geographic) |
Una forma perfecta de conciliar la vida laboral y familiar: llevarse el nene al trabajo. |
La pobreza no es neutral en materia de género (Magdalena Sepúlveda, relatora de Naciones Unidas sobre pobreza extrema) |
Y finalmente, he elegido este cartel donde no sé si esta distinguida dama dice «¡Podemos hacerlo!» o realmente está haciendo un violento corte de mangas... ¿A quien? ¿ Tal vez a usted, señor Director de Recursos Humanos?
Realmente seguir a alguien de tu sensibilidad es un honor. Gracias por entender el problema más allá de una cuestión hormonal. Y por lo que me gustan tus escritos, pasa por mi blog a recoger tu premio!
ResponderEliminarSólo tienes que descargarte la imagen del post del premio, ponerlo en tu próximo post y escribir entre 7 y 10 comentarios sobre ti mismo. FELICIDADES BLOGERO!
→Kira: pues precisamente estaba escribiendo sobre cuestiones hormonales entre hombres y mujeres cuando me enteré de la celebración del día y cambié la planificación. Otro día.
ResponderEliminar¡¡MUCHAS GRACIAS!!! Estoy contentísimo de que te hayas acordado de este tu bloguero a la hora de repartir premios. Me gustaría hacerme el interesante como Woody Allen y en vez de recoger el premio irme a tocar el saxo. ¡Pero no sé tocar el saxofón! Así que me voy corriendo a por mi premio antes de que me lo quiten.
Un beso, y mil novecientas gracias.
Ug