domingo, 6 de febrero de 2011

El sonido de El Recreo


N. de. A. Esta semana les hablo de música y de hijos y de cómo los retoños se salen, afortunadamente, del camino que les marcamos y siguen el suyo propio. Id con Dios.


Reconozco que he fallado en varios aspectos de la educación de mis hijos. Uno de esos aspectos es la educación musical. Como padre abnegado y amoroso, he intentado que los dos se aficionaran al rock, pero no lo he conseguido. Fracaso en do mayor.


En el colmo de su desfachatez, los muy granujas se han atrevido a pensar por sí mismos y a elegir sus propios gustos musicales. ¿Qué les parece? Acepto que nosotros hicimos lo mismo con nuestros padres, pero esa no es razón suficiente para que nos paguen con la misma moneda. ¿Acaso deben ser ellos los vengadores de sus abuelos? La venganza no es saludable, pero en caso de admitirla, deberían vengar primero a sus padres que estamos en primer grado y luego a sus abuelos, que están en segundo.

La verdad es que no estaba prevenido. Para evitar males mayores, en la radio del coche les hacía escuchar a los AC/DC o los Judas Priest. Como quiera que el noble idioma de Shakespeare que rezuman las letras de estos grupos no conmovía suficientemente su espíritu infantil, probé con algo más cercano, si no en el tiempo, sí en la lengua: busqué el disco donde tenía aquella canción del grupo Obús, que, sobre un fondo salvaje de bajo, guitarra eléctrica y batería, recitaba estos emotivos versos en el estribillo:

"¡Queee teee joodaaan.
No. No voy a cambiaar!"


Pensé que este tipo de canción tocaría su fibra adolescente. En parte lo conseguí, pero fue una pírrica victoria. Me piden que repita la canción, yo, orgulloso, vuelvo a ponerla desde el principio; sin embargo, dicen que no, que sólo el estribillo: "Donde las palabrotas, papi, donde las palabrotas". Algo parecido consigo con "Hijos de Caín", de los Barón Rojo,  que la quieren escuchar únicamente cuando está presente su pía abuela, para que se escandalice:

"¡Sufrirás, morirás!
Ésta es su voluntad.
Pero aún hay aquí,
Hijos de Caín."


Tampoco tuve éxito con los Depp Purple o los Dire Straits, ni siquiera con los Rollings Stones, cuya provecta edad podría, tal vez, ser objeto de respeto y veneración por parte de los chiquillos...; como si sus abuelitos se lanzaran a hacer un riff de guitarra.

¿Puede sufrir un padre algo peor?

Bueno, por supuesto que no es para tanto, sólo me hacía la víctima para ponerles a todos ustedes de mi parte. Ustedes me comprenden, ¿qué otra cosa puedo hacer? Escribir es influir.

Los chavales, para humillación mía, abandonaron la noble senda del rock y se aficionaron al hip hop, el rap y el reggaeton. Pongo en el coche el disco de reggaeton que me ofrecen, donde canta un señor con acento latino, que con voz aguda y repetitiva pronuncia la "R" como "L", como un chino de comic. Entre los estribillos suena una femenina voz susurrante y muy sensual (sensual=calentorra):

Hum, dame, papi, dame,
Hum, dame, papi, dame bien.
Hummm

No les decía nada, por supuesto, porque pretendo darles una educación liberal y tolerante en cuanto al sexo se refiere, pero si a mi se me revolucionaron los humores, qué efecto no provocaría en unos adolescentes. Que es mucho más fácil ser liberal con respecto a los padres que respecto a los hijos.


No contentos con escuchar todos los discos de platino que triunfan en el Arverno, también les da por crear ellos mismos sus canciones. Sí, claro, de rap... Mi hijo mayor compone letras y estribillos y graba, edita y masteriza las canciones junto a otros pilletes de su cuerda. El rap es un sonido que a muchos nos desbarata el yunque y el martillo, me imagino que de la misma manera que el heavy metal martirizaba a nuestros padres.  Sin embargo...


... sin embargo, cuando lo canta mi hijo no me parece un martirio chino.


Es un milagro de la vida.

En sus letras demuestra una sensibilidad que no siempre exhibe en el resto de sus actividades cotidianas. Y además, me siento orgulloso de que pierda el tiempo "creando". No sé si son composiciones buenas o malas (quiero decir que desconozco los estándares de calidad del rap, si existieran), pero son composiciones suyas y eso tiene muchísimo valor para mi.


 ¿Será posible que les perdone la traición? Con su sello casero El Sonido de El Recreocompone y graba canciones como éstas:
Pero llegará el día en que tendrán hijos que escucharán Dios sabe qué ruidos nuevos y pensarán que el rap es cosa de viejos, mientras estudian a Mark Knopfler en el mismo libro que a Débussy o Monteverdi. Y de alguna manera u otra mis hijos se sentirán orgullosos de sus hijos y prolongarán su vida en ellos.

Y ese día, mis nietos vengarán a su abuelo de la afrenta.



10 comentarios:

  1. Yo tengo una batería en mi casa... nodigomás... mi hijo le da más al rock, pero qué quieres que te diga... se ha pasado media vida estudiando piano y se le da bien al angelico, pero nada, que él lo que quiere tocar es la batería... Pues eso, que acaban haciendo lo que quieren ellos y nosotros tan contentos ¿no queríamos que tuviesen criterio propio? ¡pues a aguantarse! :-)
    Muy bonito el post... y he escuchado un poco al muchacho y la verdad es que lo hace bien.
    Un abrazo, Ug. Que la semana te sea propicia.

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  2. →Francesca: Si tienes una batería en casa y un hijo con las baquetas, ¿qué te puedo decir yo entonces?
    Muchas gracias por venir por aquí y por escuchar un poquico al chiquillo que le encanta que le escuchen (-lo siento, hijo, en eso eres igual a los demás-)
    Ug

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  3. Ostras, me alegro que a tus hijos no les guste AC/DC ja,ja,ja,ja yo no lo soporto!!!!!
    Ahora en serio, es cierto lo que dices ,que ellos eligen caminos diferentes a los nuestros, muchas veces a nuestro pesar, pero en el fondo de todo tu post has conseguido lo que te proponías: que la música formase parte de su vida como un motor de expresión. Sea Heavy, rock, bolero, samba o reggaeton, lo importante es que les ayuda a expresarse. Felicidades papi musical (aunque te vea colgando la camiseta negra pronto... je,je)

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  4. →KIRA:tienes razón, lo importante es que "usen" la música, independientemente de la que les guste, o pinten o escriban o lo que sea que se les ocurra hacer que no sea ver la tele.
    Me alegro de leerte por aquí.
    Un abrazo
    Ug

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  5. Nosotros, querido tío Eugenio, tardamos en comprender que aquellas composiciones musicales que tanto apaciguan el alma, tipo las cuatro estaciones de Vivaldi, el concierto de Aranjuez de Joaquín Rodrigo o incluso el Ave María, en lugar de conseguir apaciguar la bestia que nuestro hijo llevaba dentro, solivantaba lo más íntimo de su alma y lo incitaba al berreo más insoportable.
    Con los años y el lenguaje, que oye, ayuda y mucho, el pequeñajo nos explicó que le daban ganas de llorar porque era una músiquita muy triste.
    Así que no te fies ni de los clásicos de toda la vida, ni de los clásicos de nuestra infancia, ni siquiera de quien consigue saltarnos a nosotros las lágrimas, que ellos eligen.
    Como en todo, a los padres nos queda entender y sobre todo aguantar.
    Así que ya sabes lo que toca...

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  6. →Azaria: je, je, ya os vale, con vivaldis al miguelito.
    Yo sé de uno que le ponía a su hijo el Adagio de Albinoni en la misma tripa de su madre y el día del parto se presentó con un tocadiscos en el paritorio para ponérselo mientras nacía.
    Como el médico no lo permitió, se lo silbó. Creo que después de eso el niño aborreció el barroco italiano.
    Ug

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  7. Pues mi hija se dedica al rock internacional (tiene una banda y todo), aunque también le agrada el jazz. Menos mal que el hip hop sólo lo baila (muy bien, y ni te cuento los ritmos que hacen mover caderas...) ;)
    En fin, creo que como padres coincidimos en tu respuesta a Kira.
    Si quieres, y como decimos por acá, te alcanzo un plato para recoger tu baba, padre orgulloso.
    Muchos cariños desde el sur

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  8. →Paula: gracias por el plato para la baba, que sea grande, como el supongo que usarás tú cuando toque tu hija.
    Me alegra saber que todos los retoños nuestros le dan a la música, de una manera u otra.
    Un abrazo mostoleño.
    Ug

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  9. Me da gusto oirle cantar aunque yo tampoco entiendo esa nueva manera de "hacer"música pero si veo que parece ser un buen sistema para que los chavales echen fuera mucho de lo que llevan dentro y eso siempre es algo positivo.Dále mis aplausos pero que no me pida que lo ponga en mi móvl.Besos de Campanilla

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  10. →Campanilla: mujer, yo sí lo tengo en mi móvil, pero luego lo que escucho es AC/DC.
    Efectivamente, como dices, sirve para echar fuera todo lo que llevan dentro, así me tiene su cuarto, que no hay quien entre.
    Ug

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Sus comentarios son bienvenidos, muchas gracias.

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