N. del A. Algo tendrá el amor cuando lo bendicen, aunque no entiendo muy bien por qué se eligió para bendecirlo a un santo cristiano si el amor, tal y como nos gusta a la mayoría, es pecado para la religión cristiana. ¿No sería más adecuado un santo Tántrico? Hoy me permito sugerirles ideas para regalar o ser regalado el día de San Valentín. Se mueven millones de dólares en estas fechas, así que no lo considere una bobada.
Que el día 14 de febrero se celebra el día de San Valentín no es un secreto muy bien guardado. Muchos humanos, normalmente hombres, no lo saben, no se acuerdan o consiguen disimularlo perfectamente, pero el resto de la Humanidad lo tiene bien presente. Especialmente las personas que planifican las campañas comerciales en las empresas.
"Eso de San Valentín es una tontería, un invento de los centros comerciales..." Ésta es una opinión muy frecuente, pero lo cierto es que millones de personas se despellejan los sesos para comprar el regalo adecuado, que otros tantos millones esperan puntualmente. Y no se puede regalar cualquier cosa, elija algo perfectamente inútil. Descarte ahora mismo comprarle a su pareja un regalo práctico: nada más práctico, por ejemplo, que el papel higiénico y en cambio no hay nada más inadecuado.
Yo, que en el momento de escribir estas líneas, me mantengo célibe, estoy excusado de la carga de buscar un regalo apropiado a tiempo, pero no siempre fue así. En su momento, fui una víctima más de San Valentín, como tal vez ahora mismo lo sean ustedes que me leen.
Les cuento. Para los lectores poco observadores, les aclaro que soy varón y la persona a la que cumplimentaba en San Valentín, era mujer. Dicho esto, me permito dar consejos a los caballeros en grupo de riesgo (que tienen pareja o creen que pueden tenerla). ¿Qué se le puede regalar a una mujer en esta notable fecha? Hay muchas otras cosas, aparte de flores:
Lo menos arriesgado. Objetivo: año tras año, acumular anillos, pendientes, colgantes y pulseras (con mayor o menor cantidad de oro o plata, según la coyuntura económica) con la misma avaricia con que un pirata reúne su tesoro en un cofre. La asignatura pendiente en nuestro tiempo es que a pesar de vivir en la era del plástico, no se ha conseguido considerar unánimemente el PVC como material romántico, así que mejor limitarse a metales preciosos.
Si es con forma de corazón, mejor; es inexplicable, pero en San Valentín las joyerías están llenas de corazones. ¡Qué tendrá que ver!
Es un opción adecuada si se nos acaban las ideas. Se elige previamente el nivel de gasto del regalo, pongamos 100 €. Se compra a la amada un bolso por ese valor y se entrega con una sonrisa estúpida y esos ojitos tiernos del gato con botas de la foto, pero con el ticket de regalo a la vista. Ella lo agradecerá con mil cumplidos mientras mira el ticket con alivio y calcula cuándo podrá ir a cambiarlo por otro. Luego, con sus amigas, nos acusarán de no conocer sus gustos, pero ustedes reconocerán que un bolso es un objeto muy personal y es prácticamente imposible acertar a la primera.
Equivale a darles, sin ofenderles, 100 € para comprarse un bolso a su gusto.
Electrodomésticos.
La mejor manera de perder a su pareja rápidamente: regálele una freidora el día de San Valentín. Es algo que yo comprendo perfectamente: si mis hijos me regalaran el día del Padre una churrera, equivaldría a decirme:"Papi, a partir de ahora levántate temprano los domingos para hacernos churros". Una alegría. Aún así, en los centros comerciales verán anuncios como éste "PROMOCIÓN ESPECIAL SAN VALENTÍN: REGÁLALE LA FREIDORA DE SUS SUEÑOS". Una conducta comercial irresponsable que habrá llevado a miles de parejas a la ruptura.
De todos modos, no descarte regalar un electrodoméstico si está muy seguro de que es completamente inútil en la vida doméstica. Como una chocolatera.
Tenga cuidado, caballero, es un regalo de alto riesgo. Si compra la talla demasiado pequeña o demasiado grande, da igual, se sentirá ofendida. Si no ha podido averiguar previamente la talla exacta (no se lo pregunte, tenga dignidad, señor), tendrá que vivir situaciones engorrosas en la lencería, cuando la vendedora le pregunte por la talla del sostén y usted le conteste en términos relativos, haciendo un gesto con las manos como si sujetara dos naranjas: "Bueno, más o menos como usted señorita,... menos que esta señora de aquí, por ejemplo...".
Lo recomendable es que si vive usted con ella, compruebe previamente la talla que necesita tomando nota de las prendas de su cómoda (no se lleve una para muestra, tenga dignidad, señor). Si está usted en su casa de visita, aproveche la primera ocasión que tenga para acceder al cajón de su ropa íntima; eso sí, tenga preparada una excusa ingeniosa para el caso en que sea sorprendido in fraganti.
Es mi recomendación. No me refiero a bonos del Tesoro, que carecen de todo romanticismo exigible para la ocasión (y en el caso de la Deuda Pública española, tienen demasiada incertidumbre para cimentar un amor, según la agencia Moodys).
Me refiero a bonos de regalo de noches de hotel, masajes, espectáculos, etc. La gran ventaja con respecto a las joyas o los bolsos, es que podemos disfrutar nosotros mismos del regalo que le hacemos a ella, acompañándola al SPA, hotel o teatro. Por cierto, esto último también es aplicable a la lencería.
Recuerde, en la mayoría de los casos, no es adecuado regalar entradas para el fútbol, no se pase de listo.
Mientras escribo esto, oigo en la televisión un anuncio de preservativos, edición especial para San Valentín. ¡Si San Valentín les oyera!
A mí me parece bien, es una idea audaz y el mundo se destina a los valientes: Audentes Fortuna Iuvat decía Virgilio. Hay juguetes de todo tipo y tiendas muy especializadas, dése una vuelta por allí e investigue. Si su pareja no tiene prejuicios, puede funcionar, en cuyo caso tiene usted el éxito asegurado. Si no funciona la idea, el artefacto o usted...
A mí me parece bien, es una idea audaz y el mundo se destina a los valientes: Audentes Fortuna Iuvat decía Virgilio. Hay juguetes de todo tipo y tiendas muy especializadas, dése una vuelta por allí e investigue. Si su pareja no tiene prejuicios, puede funcionar, en cuyo caso tiene usted el éxito asegurado. Si no funciona la idea, el artefacto o usted...
Criterio optimista del MAXIMAX: máximo riesgo, máximo beneficio. Si es usted un tipo de ingenio agudo y bien bragado, sin temor al fracaso ni a los bolsazos, no lo dude, el juguete sexual es su regalo. Timoratos, abstenerse.
¿Y para ellos qué?
Lo que sea, menos pijamas o zapatillas. Por favor,señora, deje eso para los Reyes Magos.
Si no tienen ustedes problemas de azúcar en la sangre, aquí les dejo "El día de los enamorados", de Mona Bell:
que risa! y que acertado en todo! a mi, me regalan una batidora y ya me han visto el pelo! De todas maneras, te voy a contar, que aqui, en Catalunya tenemos un pequeño secretito: no celebramos muchos San Valentín y sin embargo, el dia del amor es Sant Jordi: tu amado te regala rosas y tu un buen libro aunque no lea (si no lee te lo compras a tu gusto...) Regalos sobre seguro. Mi chico y yo este año decidimos no hacernos regalos materiales, y no sabes que risa con el ingenio de cada uno. Ha sido divertido. Buen post!
ResponderEliminar→Kira: pues te diré que el secretito de Madrid es que cada vez más a personas hacen también lo de sant Jordi, lo cual me parece mucho mejor, si se dejara de hacer lo de san Valentín. Lo malo es que acabamos haciendo las dos cosas y encima nos hacemos un lío, compramos libros y rosas a la vez y para qué decirte.
ResponderEliminarMejor regalos de esos que dan risa, que me tienes que decir cómo se hace.
Un abrazo y me alegro que te haya gustado.
Ug
¡Jajajajajaja!... Muy bueno, Ug. ¡Qué conocimiento de la cosa, p'o Dió!. Puestos a elegir, desde luego, los bonos. Un abrazo.
ResponderEliminar→Ana: Gracias, niña, efectivamente los bonos tienen la ventaja de que el regalo te lo llevas en el cuerpo. Hoy he visto un anuncio de ofertas de depilación laser especial para regalar en San Valentín: es el futuro de la romanticismo.
ResponderEliminarUn abrazo,
ug