Los amores de doña TeleBasura y don Simplón

N. del A. Aunque parezca mentira, Tele 5 es ya la cadena de televisión de mayor audiencia en esta culta España. He estado unos días internado en un hospital con un compañero de habitación muy aficionado a esta cadena, lo cual me ha sometido a una sobreexposición a Tele 5 que ha puesto en riesgo mi salud y la salvación de mi alma. Lo peor es que en esta parodia de hoy no exagero demasiado, todo esto puede verse en un sólo día  y por su culpa aún sufro terribles secuelas: terrores nocturnos y depresión post parto.

Año II Opus 69

Mi amadísimo televidente:

Te dirijo hoy esta carta de amor, escrita con un sentimiento muy profundo que sale de muy adentro, de las entrañas mismas de mi cuenta de resultados y con un agradecimento infinito que anida en el corazón mismo de todo mi accionariado.

Te quiero mucho televidente, te quiero con locura y te doy lo mejor de mi misma. Hoy mismo he programado para ti un concurso donde dos señoritas de bello cuerpo y dudosa inteligencia disputan por conseguir a uno de nuestros concursantes, galanes también y bellamente formados, pero que no dejan duda alguna acerca de su poca inteligencia. Podrás disfrutar cómo se llaman zorra una a la otra por unos comentarios en Twitter, mientras los galanes se amenazan mutuamente con partirse el hocico.

Te he preparado, mi amor, muchas más cosas. Sólo para ti, he programado para después un edificante debate sobre temas de candente actualidad y evidente interés social, como por ejemplo:"¿Debo decirle a mi novio que trabajo de pornochacha?" Los invitados al debate explicarán su bien fundamentada opinión entre gritos y amenazas, podrás escuchar la intervención furiosa de tres o cuatro contertulios a la vez, que por su depurado lenguaje no te dejarán duda alguna de en qué cloaca acabaron sus estudios. Mi amor por ti es infinito y por eso, no reparo en esfuerzos para edificarte culturalmente con los contertulios más feroces. 

Y sí, te daré lo que más estás deseando, lo que con todo mi amor he estado preparando cada día para ti. Cinco horas seguidas, cinco, donde los más reputados líderes de opinión desgranan la más rabiosa actualidad  para dar cumplimiento al deber constitucional de informar verazmente. Podrás sentir en tus carnes la ira de aquella dama, ganadora de un concurso sublime, que haciendo un arranque de dignidad, grita, textualmente, "¡tú eres una hija de puta!", a otra señora, compañera suya y antipática profesional, que le contesta en términos igual de gratos y coloristas. Te juro que la disputa será por motivos estrictamente personales y familiares, y por lo tanto, de interés nacional.  Y como te quiero tanto, esa imagen te la repetiré, no dos, ni diez, sino cientos de veces hasta que en tus sueños permanezca fijo para siempre el arrullo de tan distinguida dama. 

Nada es demasiado para ti. Sazonaré esta disputa con otras que organizaré entre los colaboradores del programa, entre los que se encuentran distinguidos cocainómanos, perfectos desconocidos, primeras figuras del streap tease y, para dar nivel, hay algún licenciado en periodismo. También un señor bajito y feo, sin habilidades reconocidas y la hermana de la esposa del hermano de una cantante, que sin televisión descanse.  

A continuación, amor mío, te ofreceré en bandeja la cabeza de una señora  a la que habré pagado un buen dinerillo para que confiese ser la amante de alguien en la Máquina de la Verdad y luego dejaré que los colaboradores del programa la despellejen viva por mentirosa. 

Y finalmente, te traeré una medium para que, no contentos con marear a los vivos, sepas lo que se siente importunando a las almas del Purgatorio, donde los espíritus famosos tienen televisión y pueden acudir cuando se les llama. 

No olvides que todo esto lo hago por amor a ti. Recuerda cambiar de postura de vez en cuando y por favor, durante la publicidad, no toques el mando del televisor.

Tu amantísima Doña Telebasura.