Aeropuerto 2011

N. del A. ¿Se acuerdan de la serie de películas de catástrofes aéreas que castigaba anualmente a la pobre aviación comercial estadounidense llamada Aeropuerto 75, 76, 77...?; creo que llegaron hasta el Aeropuerto 80. Ahora en 2011, es nuestra vergüenza la que se estrella de morros en las pistas de los aeropuertos españoles.

Año II Opus 70

He decidido construir un aeropuerto en Móstoles. Sí, como lo leen. Es una vergüenza que ciudades menos importantes que Móstoles como Madrid o Barcelona cuenten con bonitos aeródromos con varias terminales, tiendas libres de impuestos y cafeterías carísimas. ¿Debe ser acaso un impedimento que no haya suficiente demanda en las aerolíneas para crear rutas en Móstoles? No, de ninguna manera, pensar eso es de pusilánimes. El éxito no se hizo para los timoratos. Si quiero un aeropuerto, sólamente debo ponerme a ello. 

¿Qué necesito para conseguirlo? No tengo que ir muy lejos, en España tengo abundancia de todo lo necesario. A saber:

Unos gobernantes decididos a liderarlo, patrocinarlo, acaudillarlo (con perdón), a prometerlo en un programa electoral y en su momento, a darle nombre. Ahora que hay elecciones, es un buen momento. Puedo encontrar fácilmente las personas adecuadas, personas audaces que no se dejen impresionar por absurdos remilgos de estudios de oportunidad o impacto ambiental. Un ejemplo, como Carlos Fabra, que inauguró el aeropuerto de Castellón sólo para poder pasear por las pistas, los aviones ya se pondrían más tarde. 

Aeropuerto de Castellón de la Plana. Aprovechen para ir a hacer
carreras de sacos por sus pistas, antes de que se usen para otra cosa.

Una financiación a la medida, que no me costará encontrar en las cajas de ahorros, ahora llamados bancos, para que no derrochen dinero en obras sociales. Por supuesto, siempe habrá entidades amiguitas de los gobernantes que encuentre, como la Caja de Castilla La Mancha (hoy en pie gracias a los 9000 millones de rescate del Gobierno) quien puso una buena parte de los 500 millones que costó el aeropuerto de Ciudad Real. Un aeropuerto a punto de quebrar, por cierto, porque sólo una compañía, Vueling, opera allí y creo que se está cansando. 

Aeropuerto de Ciudad Real. Afortunadamente, este magnífico aeropuerto
 se usa poquísimo, lo cual permite que la inversión se mantenga flamante y nuevecita.

Unas subvenciones públicas jugosas. Por supuesto, no vamos a ser menos que el teatro, los sindicatos o las visitas del Papa. Puesto que se sabe de antemano que el aeropuerto no va a ser rentable, hay que ir presupuestando ya las ayudas públicas, el dinero de todos los españoles que tanto nos sobra y que nos honramos entregando a la Administración. Algo así, como en el aeropuerto de Lleida, la gallina de los huevos de oro, que por cada huevo que pone le cuesta otro a la Generalitat. 

Aeropuerto de Lleida,  ideal para organizar desfiles de majorettes,
que son más baratas que subvencionarle un billete de avión y
son más monas.

Unos viajeros, pero no muchos, me basta con un puñado de personas que se atrevan a utilizar estos servicios. Como en el aeropuerto de Huesca, donde trabajan veinte empleados, que en el mes de julio recibió exactamente quince viajeros. Una proporción que no deja dudas del excelente servicio al cliente prestado.

Aeropuerto de Huesca, intimidad y aviación civil no son incompatibles.
Aquí puede pasear por la terminal únicamente acompañado de sus
pensamientos.

Y no necesito decir nada más. Todas estas obras que he dicho se hicieron gastando una cantidad ingente de de dinero público, a costa de un grave impacto ambiental (como en Ciudad Real) o de perjudicar la aviación deportiva a vela (como en Huesca) y todo para obtener unas pérdidas mayores que la inversión. Todas estas ciudades que he nombrado tenían derecho como todos al desarrollo económico que traerían los aeropuertos, pero no ha sido así. Su ilusión se ha gestionado con despilfarro, pero los culpables vuelan en clase bussines a las islas Caimán.

Lectoras y lectores, ¿creen ustedes que la crisis se resuelve con la reforma laboral o con el retorno de la guillotina?