martes, 26 de abril de 2011

La Semana Santa desde el Cielo

N. del A. He escrito "Semana Santa" en la pestaña de noticias del Google, y he visto de todo menos santidad. Parece que conservamos el adjetivo de "Santa" simplemente por tradición, porque ni es santa ni dura una semana.
Opus 48 
Foto: Ayuntamiento de Cartagena. Procesión del Domingo de Ramos ¡Qué bonica!
En la Estación Espacial Internacional, un astronauta hace un descanso en sus experimentos biológicos y sale un rato al Espacio a fumar un cigarro. Mira hacia España, que sabe que está en Semana Santa.

Piensa que los españoles se dejan la vida en el asfalto. Literalmente. Ha leído noticias que recogen estadísticas sobre los muertos en sus carreteras. Las autoridades celebran por todo lo alto que hayan tenido este año siete víctimas mortales menos  que el año anterior.«¡Aleluya. Sólo treinta y siete muertos! » se oye en el Ministerio del Interior y todos se abrazan. 

También se asombra de los que se dejan la vida, de forma menos literal, en los grandísimos atascos de entrada y salida de las grandes ciudades. Le parece que nadie se queda en su ciudad. Los de Sevilla se van a la playa y los de Madrid a Sevilla. A cambio, los madrileños que han salido son sustituidos por japoneses. Desde el cielo, puede ver los hilos de automóviles que salen de las grandes ciudades: «Ya hay atasco en Tarancón», piensa el astronauta de la Estación Espacial Internacional, con cara inexpresiva. Podría proponerles una ruta alternativa, pues desde su posición lo ve muy claro, pero no lo hace, no es su trabajo, así que lanza la colilla al Espacio y entra en la estación a seguir torturando a una tortuga en ambiente de gravedad cero que es para lo que le pagan.

Él está completamente sólo en su estación, así que no comprende que millones de personas hayan planificado sus vacaciones estúpidamente: «se lo  dejan todo preparado el miércoles por la noche,  el jueves salen muy tempranito para no tener mucho tráfico y se juntan en la fila del peaje con los miles de personas que han pensado lo mismo. El Jueves Santo es un día perdido en el camino.» 

El Domingo de Resurrección es otro día perdido. Da igual a qué hora inicien el regreso hacia Itaca, ya saben que el camino será largo. Toda esta grandísima inversión de tiempo y paciencia es para conseguir dos días reales de vacaciones, el Viernes y el Sábado. Algunos más perspicaces, contarán orgullosos que ellos no han sufrido atascos, ya que para evitarlos, partieron el viernes y volvieron el sábado. Han encadenado la llegada con el regreso y todavía lo cuentan como un hallazgo.

El astronauta clava una aguja en un testículo a un chimpancé, para saber si en condiciones de baja gravedad, los primates muestran más paciencia. Parece que no, según sus primeras reacciones. Piensa que tal vez con los veraneantes de Semana Santa sí que funcionaría el experimento.

Mención aparte le merece la de los otros penitentes que se dejan la vida en las salas de espera de los aeropuertos y estaciones. Esto le recuerda que es costumbre muy española la de declararse en huelga en estas fechas, así que llama a Houston para saber si el personal de las estaciones de seguimiento espacial en España está trabajando o en las barricadas.


- Este año no están de huelga, ni siquiera en los transportes - contesta Houston-, parece que es por temor a ser militarizados por los demócratas.


El astronauta respira tranquilo y sigue con sus experimentos, mientras de  reojo mira por la ventanilla.  Parece que este año la Geosfera ha decidido colaborar con el turismo, poniendo en Off  el volcán Eyjafjallajökul  que el año pasado desmadró el tráfico internacional en la Vieja Europa. A cambio, otros volcanes por el Tercer Mundo se les ve activos, pero, afortunadamente, «sólo perjudican a personas, no a los negocios»

La Atmósfera no ha sido tan generosa en España. El astronauta ha visto  muchos españoles mirando hacia el cielo; creía que le miraban a él, pero sólo querían saber si las lluvias iban a arruinarles la Procesión. Natural. Todo el año trabajando para la Procesión, preparando, vistiendo y adornando los pasos y ¿para qué? Para nada, porque la lluvia ha provocado la suspensión de muchos de los recorridos. Parece que este año no estaba Dios para procesiones. 

Las asociaciones de empresarios turísticos también miran continuamente hacia el cielo y se dejan la vida en el mapa del tiempo. El fantasma de las cancelaciones acecha siempre, pero aún así, han terminado muy bien, con un porcentaje muy alto de ocupación hotelera. «¡Bravo por la Crisis!» El astronauta no comprende bien por qué los españoles celebran la crisis fuera de casa.

Los comerciantes también hacen números para ver si esta Semana Santa les ha merecido la pena vivir, como los pasteleros que hacen dulces de Pascua. Lástima que a pesar de estar más cerca del cielo, en la Estación no pueda encontrar Pelotas de Fraile, ni Tetillas de Monja. No le importa, lo sustituirá con unas pastillas con sabor a torrijas .

El astronauta no sabe por qué tantos negocios dependen de la Semana Santa. Antiguamente era pecado hacer cualquier cosa en Cuaresma que no fuese estrictamente religioso. Ahora parece que es pecado no aprovecharse. Mientras expone a unas cobayas fuera de la estación para saber cuánto aguantan sin respirar, reflexiona sobre el valor profundamente turístico que le dan en España a la Semana Santa.

Una Semana Santa, de hace casi dos mil años, Jesús la emprendió a capones con los mercaderes del templo de Jerusalén, que se beneficiaban de la obligación de celebrar la Pascua con sacrificios de sangre para vender oportunamente las víctimas a los devotos. Vieron estos mercaderes una ocasión genial de negocio, lo que en estos tiempos se valoraría tantísimo bajo el apelativo de "emprendedores". Aquellos saduceos que descubrieron el negocio serían hoy portada de la revista Forbes y de otras publicaciones que ensalzan a los más vivos para oler la plata. Como astronauta que está por encima de todo, le da la razón a Jesús, sólo eran monopolizadores.

«Hoy en día la Semana Santa sigue siendo una magnífica oportunidad de negocio. ¡Vaya!, parece que las cobayas no han aguantado mucho». Diciendo ésto, entró en la Estación, a ver que programación tienen hoy en Tele Cosmos. 


«...A ver...Ben Hur. ¿Otra vez?»







2 comentarios:

  1. Ben Hur, Espartaco, los 10 mandamientos.... En un país declarado laico como el nuestro, seguimos teniendo fiestas católicas.. y lo que te rondaré morena! A mi lo que me fascina es como se apretujan y se empujan para tocar un trozo de tela o cera, que es un muñeco leche! uno puede tener mucha fe, lo respeto, creer en algo sobrenatural, lo respeto también, pero pensar que un muñeco es un santo? Por Dios Bendito...:-)

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  2. →Kira: aunque no soy persona religiosa, te confesaré que prefiero las fiestas religiosas a las políticas, como la fiesta de la Comunidad (este próximo finde me meto con ella), porque en las religiosas hay siempre pasteles y dulces típicos. ¿Alguien conoce acaso rosquillas del Primero de Mayo?
    Un abrazo niña y gracias por venir.
    Ug

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Sus comentarios son bienvenidos, muchas gracias.

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