domingo, 12 de diciembre de 2010

Estoy haciéndome mayor


N. del A. No se preocupen por mí, que no estoy sufriendo una depresión ni se trata de la crisis de los cuarenta que se manifiesta ahora. Se trata simplemente de comentarles a todos ustedes, aunque ya sé que no les importa ni les interesa, qué indicios me señalan de forma indiscutible que el tiempo está pasando irrevocablemente por mi cuerpo pecador y se está quedando dentro.

La edad es algo que no me afecta únicamente a mí,  y si no lo creen miren detenidamente esta foto de Robert Redford, un sujeto que en su juventud rivalizaba en belleza conmigo:

No les hablo de la vejez, porque envejecer es un tributo que pagamos por el mero hecho de existir y también un lujo que compartimos todos los seres vivos pluricelulares. Yo me refiero a, ya saben ustedes, todo eso que nos hace mayores, todo esos síntomas a veces imperceptibles que denotan que estamos cambiando de etapa en la vida, como nos sucedió en la adolescencia.  Estos indicios inequívocos de hacerse mayor (que no viejuno) no aparecen de golpe, simplemente uno se da cuenta de ellos cuando reflexiona detenidamente sobre si mismo, una mala costumbre  ésta documentada exclusivamente en los homínidos, pues no se conoce de chimpancés que se hagan preguntas de este tipo.

Les enumero algunas cosas que me señalana que me hago mayor:

El espejo

Este asesino de autoestimas es una versión cristalina y con churretes de dentífrico del retrato de Dorian Grey, en el que cada día encuentro bolsas, arrugas y canas, aunque de éstas pocas, por falta de pelo. No me preocupan demasiado estos síntomas de putrefacción, sólamente se lo indico porque cada mañana mientras me afeito, el espejito me dice que no soy el más bello del reino.
 



El reconocimiento médico

Cada año el reconocimiento médico del trabajo se cierne sobre nuestros frágiles cuerpos. En los últimos años, como novedad, se incluye el cuestionario en el que me preguntan si la micción me es placentera. Una pregunta inocente que a los treinta nadie se la hace y ahora, en cambio, me lo preguntan muy serios, por aquello de la próstata. Yo, por evitar un examen más exhaustivo, afirmo rotundamente que para mi ir al baño es siempre una fiesta.




Los lechones de la oficina

Es costumbre tutearse entre los compañeros  o al menos durante años ha sido así. No obstante, las últimas incorporaciones a la empresa, becarios de piel lechosa vestidos de  corbata suministrada por los Reyes Magos, se dirigen a mí de usted. Y no se debe a mi rango, que yo sobrevivo solemnemente como mindundi de segunda, así que sospecho que el tratamiento se debe a mi frente venerable.




 Cualquiera tiempo pasado fue mejor

¿Cómo comparar los dibujos de Bob Esponja de ahora con el Oso Yogui o Los Osos Montañeses que veíamos entonces? ¿Os acordáis de cuando jugábamos al fútbol en la calle? Y sin equipaciones y casi sin balón. ¡Ya no hay tebeos!... Todas estas frases son comunes al reunirnos los camaradas ante un café o una tarta de cumpleaños. La añoranza. Si anhelar es imprescindible en la juventud, añorar es inevitable en la madurez. Y si hay algún jovenzuelo en la reunión, le ponemos la mano en el hombro y le hablamos con piedad de "aquellos tiempos".



Los futbolistas


Qué culpa tienen ellos, dirán ustedes. Me refiero en general a los personajes de la vida pública, pero los futbolistas son un buen ejemplo porque encarnan perfectamente la idea del relevo generacional. Aquellos jugadores de mis cromos de niño representaban para mí lo que yo quería ser de mayor. Ahora puedo citar más nombres de jugadores jubilados que en activo y casi tengo edad de ser el padre de las grandes estrellas del momento. Los futbolistas de ahora representan para mí lo que ya no voy a ser nunca.
 




 ¿Los hijos?

Pues no, yo creo que nuestros hijos no, en contra de lo que piensen muchos. En muchas cosas los chinorris nos transforman: otro día hablaré de la música. Pero yo creo que no nos hacen viejos, si no queremos. A través de su juventud podemos vivir nosotros experiencias y a menudo proyectamos nuestras propias vidas en ellos, de manera que, por decirlo de alguna forma, "nos bebemos su juventud". Somos como vampiros energéticos, necesitamos de su juventud porque a ellos les sobra y nosotros ya vamos estando muy necesitados.

Les dejo con Pablo Milanés y su terrible "Años"


  

16 comentarios:

  1. A mi es que hacerme mayor me hace ilusión, verás, cuando era pequeña todos te decian "eso, cuando seas mayor" .... ahora soy mayor y "eso" es mio jajajajaja ¡a disfrutar! es lo que he aprendido, a sacarle jugo a cada día.
    Hace años no sabía cuanta magia podía sacar de cada instante .... amo la Vida, sin prisa, con aceptación, con regustillo, eso .... solo se aprende con la edad.

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  2. →Juana. Pues te felicito por ser mayor, entiéndeme, por disfrutar de ser mayor. Tienes mucha razón, la madurez nos proporciona tal vez menos momentos de diversión, pero los podemos disfrutar mejor.
    Así que me alegro mucho de verte por aquí, disfrutaremos estos momentos "con regustillo".
    Un abrazo,
    ug

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  3. ¡Vaya por Dios!... menudo post chuchurrío que te ha salido hoy, las palabras muy bonitas, pero con el fondo no estoy nada de acuerdo.

    El Robertito ese es que ha envejecido fatal, ¡no he visto otro así, sinceramente!... lo del espejo... a ver Ug, ¿tú eras el más bello del reino?... ¡pues entonces!... yo nunca me parecí a Julia Roberts, ¡no me voy a parecer ahora!... vamos, digo yo.

    Los médicos son unos cotillas y los que hacen revisiones más, porque se aburren como ovejas.

    Los lechones se asuntan con na', tú ni caso, ya verás cuando cojan confianza.

    Lo de los dibujos es de cuando eras un niño, no de cuando eras joven, así que no me vale.. sigo...

    ¿Los futbolistas? pero si esos se jubilan a los 30, hombre claro que solo conoces a los jubilados, y yo, y el de la moto... anda que...

    Con lo de los hijos estoy de acuerdo.

    Y me parece que ya está... he desmontado tu teoría... conclusión del estudio: ¡eres un chavalín!

    Me vuelvo a mi club mucho más tranquila... el próximo post lo quiero más animado que una verbena... nodigomás... ;-)

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  4. Francesca→ ¡A SUS ÓRDENES! El próximo post será más optimista, puede que hable de hijos y de músicas (si alguien termina algo, claro)

    No obstante, en cuanto a ser el más bello del reino, por supuesto que lo era, mi madre me lo dijo muchas veces siendo yo niño y una persona que me quiere tanto no podría mentirme ¿no?

    Gracias, niña, y un abrazo.
    Ug

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  5. Gran texto. Sensible como siempre. No quiero recordar esas cosas pasadas de mi infancia, tan elemental, comparada con las complejidades de red actuales porque me agarra la melanco. Es llegar a un oasis leerte, después de atravesar el abrasador calor de la jungla de cemento y silicio.

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  6. →Alejandro: gracias Alejandro, me alegro de ser algo parecido a un oasis, aunque sea sólo en una pantalla, porque me temo que el asfalto sigue creciendo ahí fuera.
    Un abrazo,
    Ug

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  7. ¡Madre mía como se estropean los cuerpos!, que diría Lina Morgan.
    Bueno yo no tengo esos problemas, porque a mis 35 años, aún tengo tiempo de pensar en eso de "cuando sea mayor" aunque mi hijo el mayor, dice que "menos lobos caperucita", que el ya ha cumplido 32 y que lo mío de "35" no cuela, jajajjaja.
    A mi me ha gustado el post, porque tienes más razón que un santo y no te me quejes, que se te ve estupendo.
    Besos
    nela

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  8. →Nela: tu hijo tiene razón, no cuela lo de 35, porque aparentas 36.

    Gracias por venir por aquí.

    Un abrazo,
    Ug

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  9. Acabo de dar con este sitio porque el maravilloso Google me llevó a la imagen de Robert Redford luciendo muy mayor. Lo miré detenidamnete mientras pude y aún pienso lo mucho que me gusta este señor. El tema del blog es interesante. Envejecer. Cosas de esta etapa. Mmmmm. A mis años ya no se tiene idea de la juventud. Son temas muy, muy pasados, pero siempre en la mente, en los sueños.
    Julieta

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  10. Qué interesante tema este de las cosas al envejecer. Toda una etapa que al parecer se vuelve más plena a los 85, según leí por ahí hace unos días. Espero seguir el blog. He tratado de ingresar mi anterior mensaje con mi cuenta de Google y no se dio.
    Julieta

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  11. →Julieta: al final te han entrado los dos comentarios. El señor Blogger tiene estas cosas. Es curioso que la entrada más vista de mi blog sea ésta, y es gracias a la foto de mi primo Robert, que se ve que aún atrae a las multitudes. No eres la única.
    Bienvenida a esta tu casa, niña y espero verte por aquí cuando gustes.
    Ug

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  12. Mucha nostalgia me deja leer su publicación. Soy eterna admiradora de Robert Redford, y al ver la foto sin querer entre en su página. Ya empecé los 40, y aunque soy joven aun, es verdad que vivimos a traves de nuestros hijos cuando nos cuentan sus experiencias, nos llevan a los momentos en que vivimos cosas similares. Es también muy cierto que aunque quizás disfrutamos menos momentos, lo hacemos mas intensamente. Me viene a la mente el reciente concierto de Raphael al que asistí en Caracas, cantante al que nunca pensé ver en vivo, y que disfruté intensamente, pues me llevó a esas tardes de niña en que en casa se escuchaban sus canciones. Lo sentí mas que verlo realmente.
    En fin, hay que aprovechar cada momento de la vida, porque es nuestra, única, valiosa, y para vivirla....

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  13. →Elena: Sea muy bienvenida a esta su casa. Los 40 son muy poquitos años, como me pasa a mi,como decía no hablo de vejez, sino de síntomas que nos revelan que el tiempo pasa. Como por ejemplo, ir a un concierto de Raphael, en otro momento nos daría alegría, pero ahora nos proporciona alegría y nostalgia, las dos cosas.
    Le agradezco mucho su aportación, me gustara verla por aquí mas veces.
    Un saludo,
    ug

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  14. →Alejandro Kreiner= precisamente lo que escribía era la diferencia de hacerse mayor y hacerse viejo. Es otra cosa.
    Encantado de tenerte por aquí y un saludo,
    Ug

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  15. Siguiendo el tema, acabo de leer una crónica sobre Ernesto Sábato cuando aún vivía. Decía un vecino suyo en Santos Lugares que lo dejaran tranquilo, que lo que tenía que hacer ya lo había hecho. Me pregunto si cuando sea vieja realmente querré que me dejen quieta, que no hablen conmigo. No lo sé, pero desde ahora pienso que eso sí es la muerte.

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  16. →LA: yo estoy con Ernesto Sábato, puede llegar un momento en que lo consideremos todo hecho. Siempre que esa sensación nos provoque paz, me parece bien. De momento, no la tengo.
    Un saludo y gracias por venir por aquí.
    ug

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Sus comentarios son bienvenidos, muchas gracias.

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