sábado, 4 de diciembre de 2010

Arsénico por compasión

 
N. del A. De las noticias que nos ha traído la diosa Prensa esta semana, muchas me han llamado la atención, pero que tengan gracia, ninguna. Sin desalentarme por ello, me he permitido comentar con ustedes dos de ellas. Aunque aparentemente no tienen nada ver, yo las he relacionado entre sí gracias a una habilidad que sólo los dementes profesionales poseemos.

Desde ayer es noticia el descubrimiento de una bacteria insignificante que no sirve para nada y que vive sóla en un desierto de California, sin vida social alguna, como si hubiera sido expulsada de casa por la Madre Naturaleza. La noticia, era, sin embargo, la dieta que sigue la bacteria allí en su retiro:

Afirma el español Jesús Martínez Frías

La 'bacteria del arsénico' abre el abanico de la vida alienígena

MADRID, 3 Dic. (EUROPA PRESS) - 
   Jesús Martínez Frías, experto en astrobiología del CSIC, ha calificado como "extraordinario" el descubrimiento de una nueva bacteria capaz de alimentarse e incorporar el arsénico en su metabolismo, ya que "abre el abanico de la vida" dentro y fuera del planeta Tierra.
   El experto ha señalado en declaraciones a Europa Press que el hallazgo "ha roto el paradigma clásico" de la biología y ha adelantado que la nueva bacteria implicará la actualización tecnológica de los sistemas de detección de vida. "Es como el que estaba buscando oro en una sola dirección y se da cuenta de que hay más caminos", ha señalado.
    En este sentido, ha recordado que también habrá que "revisar" los métodos de exploración de ambientes de "vida pasada y presente" tanto dentro de la Tierra como fuera. "Los ambientes con arsénico o los sistemas hidrotermales en los que este componente tóxico aparece de forma común son un nuevo foco donde habrá que buscar", ha aclarado.
   Martínez puso como ejemplo a Marte, donde ha habido agua líquida en el pasado, además de sus volcanes. Ambos alojan sistemas hidrotermales de aguas calientes asociadas con arsénicos, en los que habrá que buscar "en zonas donde antes no se buscaba".
   Ésta es la primera vez que los científicos descubren un microorganismo que es capaz de utilizar un componente tóxico, en vez del fosfato habitual, para crecer y vivir. El arsénico suele ser muy tóxico para los organismos vivos porque altera los mecanismos metabólicos pero químicamente se comporta de forma similar al fosfato.
 
Según  se ha leído,  se creó bastante expectación previa al anuncio de la NASA, ya que se esperaba que los de la Agencia Espacial anunciasen por fin que habían descubierto vida extraterrestre. Ésto sería lo único que podría distraer la atención de la opinión mundial de los trapos sucios que revela Wikileaks. Luego, ¡oh decepción!,  resultó ser una miserable bacteria que se alimenta de arsénico. Sí, eso es, de veneno. Una bacteria que podría sobrevivir, perfectamente, en Wikileaks.

El interés de ésto, nos dicen,  es que si un microbio puede vivir en la Tierra en un entorno sólo de arsénico, qué no podrá haber en esos planetas de Dios, donde las condiciones para la vida pueden ser así de canallas o peores. O lo que es lo mismo, que para encontrar vida por ahí no hay que limitarse en buscar únicamente planetas donde exista agua, oxígeno e Internet, que son las condiciones imprescindibles para la vida en el nuestro, sino que debemos buscar también en planetas asquerosos, donde, por ejemplo, llueve veneno. Ahora ya no descartamos que los alienígenas sean unos tipos solitarios que se toman unos tercios de arsénico en las comidas.

No obstante, yo le pregunto al encargado de la NASA: ¿para qué demonios queremos encontrar un planeta así? Tal vez el nuestro sea así algún día. Yo voto por centrarse en buscar planetas con ríos de agua fresca y mares sin contaminar.

Como les pasará a ustedes, yo no conocía que el arsénico pudiera ser un medio de vida, muy al contrario. A mi me transporta la imaginación a la novela negra y policíaca, donde el arsénico es una ayuda impagable a la hora de enviar a una vieja millonaria con su Creador, para solaz de sus derechohabientes. También, como aborto de arquéologo que soy, me retrotrae a la época en que los antiguos mezclaban arsénico y cobre para hacer un bronce baratillo, una especie de marca blanca de bronce, ya que el bueno, sabrán ustedes, se hace con estaño.

Y también me recuerda a esa genial película de Frank Capra, Arsénico por compasión (Arsenic and Old Lace). Una comedia divertida, de esas en blanco y negro, que eran las buenas. Dice la Wikipedia, que antes de ofrecerle el papel de protagonista a Cary Grant, lo intentaron con Ronald Reagan, quien gracias al Cielo, no estaba disponible. Tuvimos suerte.





En esta comedia,  unas venerables viejitas suministraban arsénico a ancianos solitarios, por que se compadecían de verlos tan solitos. Eso sí, les daban el veneno mezclado con vino, lo que se conoce como calimocho arsenicado. Seguramente las bacterias de California también lo preferían combinado.

¿Pero no les recuerda este relato de las viejitas otro mucho más próximo a nosotros? Efectivamente, éste es el punto donde se me relaciona la segunda noticia que les comentaba. Ésta tiene menos gracia y demuestra cómo la realidad supera siempre a la ficción:


El celador de Olot podría estar entre los mayores asesinos en serie de España


El celador de Olot podría convertirse en uno de los principales asesinos en serie de la historia reciente española si se confirman las 11 muertes que este martes ha confesado en el juzgado.
Después de que en una primera declaración admitiera haber matado a tres ancianas, Joan V.D. ha asegurado este martes haber asesinado a otros ocho ancianos de la residencia desde agosto de 2009 a mediados de octubre de 2010, y duda de si mató a otro más este 2010.
El trabajador de la residencia mató a sus víctimas suministrándoles lejía, con sobredosis de insulina o con un cóctel de medicamentos. Según su testimonio, lo hacía en un momento de euforia, porque se creía que era Dios y porque quería liberar a los ancianos de su sufrimiento.


Las ancianitas de Frank Capra nos hacían gracia porque eran comedia, pero este celador de Olot no. No les daba arsénico, para el caso es lo mismo, los envenaba y según decía, era por compasión.

Nos asusta, o nos debe asustar, no tanto porque hay que pensar en qué manos están nuestros abuelos, sino porque las víctimas morían sin llamar la atención: eran ancianos. Esto nos muestra el hecho, tan natural como terrible, que si se nos mueren los abuelitos nos parece normal y nadie se hace preguntas. El crimen perfecto es asesinar a alguien que a nadie sorprenderá si perece y se evita así la investigación. Les dejo que reflexionen sobre esto.

Y es que a los abuelitos los tenemos a veces muy solos, demasiado solos, como aquella bacteria del desierto californiano, que a falta de otra cosa, se conforma con tomarse en soledad el arsénico que le dan.



2 comentarios:

  1. Curiosamente, en esta sociedad nuestra en la que gracias al aumento de la esperanza de vida, cada día hay y habrá más ancianos, el culto a la juventud está de moda... a partir de cierta edad no los vemos, los escondemos (como no nos verán y esconderán a nosotros). Mi esperanza es que un día se revelen e invadan las cafeterías, los cines, los restaurantes... que se hagan visibles y nos obliguen a aceptar que no podemos olvidarnos de la gente mayor.

    La película es genial, creo que fue la primera comedia que me gustó en mi vida (y que me descubrió que cine en blanco y negro no era sinónimo de tostón).

    ¡Un abrazo y feliz fin de semana largo!

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  2. →Francesca: yo confío en que mis derechohabientes me esconderán en un buen sitio, con estufa y pasodobles, ya que, no teniendo fortuna ni bienes raíces, estoy a salvo de que quieran heredarme antes. Salvo que alguien se compadezca de mi.

    Me apuntaré a la rebelión de abuelitos.

    Muchas gracias y abrazos para el todo el finde.

    Ug

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Sus comentarios son bienvenidos, muchas gracias.

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