N. del A. Con qué decepción escribo hoy estas cuatro líneas y es que los innombrables que conducen España en las últimas décadas, nunca saturan nuestra capacidad de desilusión.
Opus 41
No en mi nombre. Con este lema salíamos a la calle en las manifestaciones contra la participación española en la guerra de Iraq. En aquella ocasión, nuestro nunca bienamado presidente de entonces señor Aznar se fotografiaba en las Azores conchabándose con Bush y Blair para derribar a Saddam Hussein. Era éste Hussein un señor muy malo que hacía mucho daño, pero los españoles de aquel año de 2003, no queríamos vernos implicados en una guerra que no nos tocaba nada y que nos parecía motivada por el control del petróleo en Oriente Medio y no para quitarle a Hussein unas bombas atómicas. Por esta razón nos maniféstabamos en las calles contra la guerra.
Hoy vemos en la prensa estos titulares:
España intervendrá con cuatro cazas F-18, una fragata F-100, un submarino y un
avión de vigilancia marítima
Los cuatro cazas, junto con un avión cisterna, ya han tomado posición en la isla italiana de Cerdeña y estarán operativos este domingo para realizar misiones de patrulla aérea
Nuestro nunca bienamado presidente de ahora, señor Rodríguez Zapatero, que entonces se manifestaba en contra de la guerra de Iraq, ahora se fotografía en París conchabándose con Sarkozy para derribar a Gadafi, otro señor tan malo como Saddam.
¿Qué hay de diferente en una guerra y otra? No tengo aquí la vara de medir tiranos, pero parece que tanto Gadafi como Saddam daban buena talla. En cuanto al petróleo, si bien Iraq produce más barriles, Libia tiene la mayor reserva de África, es decir, que en el futuro escenario en que empiecen a escasear los actuales yacimientos, Libia es una baza importante. Así que tampoco es el petróleo la diferencia entre las dos guerras.
La única diferencia es la excusa que se utiliza para una guerra u otra. Cierto es que la excusa del mister Bush de las armas de destrucción masiva irquíes se demostró un camelo y que la excusa del señor Sarkozy de ayudar a los civiles libios bombardeados parece más humanitaria y mejor conseguida. Pero es una guerra igualmente. Una guerra de las de arrojar bombas sobre hijos de alguien, hermanos de alguien o padres de algún hijo.
Gadafi, como Saddam, fue sostenido en el poder por quienes ahora le bombardean. Hace poco estuvo en España, con su jaima, su harén y sus guardianas moras. Entonces, era amiguito y cenaba en La Zarzuela. Hoy, un desalmado que se la va a ganar. Occidente se ha pasado el último siglo creando monstruos y luego liquidándolos. ¿Estos rebeldes libios a los que ayudamos son tan buenos chicos como los muyaidines afganos a los que se ayudó a luchar contra los rusos? Tal vez sí, pero les recuerdo que aquellos muyaidines son esos talibanes tan malos que luego hubo que bombardear.
Mientras tanto, la población civil de Libia, la de verdad, sufre. No la que vemos como ejército rebelde, que de la noche a la mañana tenían cañones y lanzamisiles (casualidades de la vida) ni tampoco la que se enriquece con Gadafi. Me refiero a la que va a recibir la metralla de ambos bandos. Creo que a ellos, nadie va a ayudarles.
Señor Presidente, usted retiró las tropas españolas de Iraq, pero las mantiene en Afganistán y ahora las envía a Libia. Usted que tiene el mando de los ejércitos hará lo que decida hacer, pero por favor...
...no en mi nombre.
No puedo estar más de acuerdo... basta ya de tanta hipocresia politica, al pan pan y al vino vino, si lo que quieren es su petroleo que no se excusen bajo la bandera de la ONU para "salvar" a la población civil... de quien? hace tiempo que sufren por ambos bandos.
ResponderEliminarFelicidades por tu entrada. Un saludo.
Suscribo lo dicho.Sin cambiar una coma. En mi nombre tampoco.
ResponderEliminar→Yo dudo de si lo que se quiere es el petróleo o es otra cosa, pero lo que está claro es que Gadafi es tirano desde hace treinta años, o sea,que la causa de la guerra no es restaurar las libertades al pueblo.
ResponderEliminarMuchas gracias, niña, un saludo para ti.
Ug
→Porfinyomisma: pues muchas gracias por venir y comentar y por tu adhesión.
ResponderEliminarUn abrazo,
Ug
Un gran texto Tío, un gran texto. Coincido. Tampoco en mi nombre, si me piden que adhiera desde mi lejana aldea.
ResponderEliminarAbrazo para vos.
→Alejandro: se admite y agradece tu adhesión desde tu no tan lejana aldea. No se puede esperar otra cosa de un humanista como tú. Un abrazo para vos también.
ResponderEliminarUg