martes, 29 de marzo de 2011

El que esté libre de pecado que ponga la primera piedra

N. del A. Elecciones municipales y regionales en España. Los electores estamos con el bajón anímico, pero los candidatos en pleno subidón. ¿Qué les voy a contar que no sepan ya?
Opus 43
Según el Servicio Meteorológico Nacional, la península Ibérica y las islas están afectadas de lleno por una campaña electoral de fuerza tres. A ratos de componente norte, a ratos de componente sur, la campaña trae consigo fuertes vientos mediáticos, limitados,  eso sí, a velocidades de 110 km/ hora (hay que ahorrar gasolina para suministrar a los F18 de Libia)

Un año más, a los ciudadanos españoles el temporal nos ha pillado desprevenidos y eso que es un fenómeno de naturaleza cíclica, como el de El Niño. ¿Todos? No, la Junta Electoral Central estaba ojo avizor y había tomado algunas medidas preventivas como la de prohibir a los políticos desde hoy  inaugurar obras públicas durante la precampaña electoral. Una crueldad.

¡Pobres! Tantos y tantos titulares de poltrona municipal que ven frustrado su tierno sueño de cortar la cinta que inaugura un pantano o descorrer una cortina que cubre una placa que nunca leen (Yo nunca he visto a ningún jerarca leer la placa que acaba de descubrir -a ver, a ver, qué pone aquí...-; un día van a descubrir un chiste verde y van a seguir sonriendo estúpidamente a los fotógrafos) 

¿Acaso no es un crimen privar a un niño de soplar las velas de cumpleaños cuando lleva todo el año esperándolo? Pues igual tienen que sentirse los prebostes y mandamases de nuestros municipios. No obstante, la norma concedía una semana de plazo para terminar los últimos actos públicos de este tipo que estuvieran previstos. De esta manera la Junta Electoral concedía cuartel a los inaugurantes para desahogarse antes de la fecha tope. Como fumarse un cigarrillo a grandes caladas antes de que llegue el autobús. 

Creo que ha sido peor el remedio que la enfermedad, porque esta fecha tope no ha creado sino estrés político. Una carrera por inaugurar a toda costa lo que sea crea tal ansiedad que no es bueno para la salud de las personalidades, que tienen que pasar demasiado tiempo alejados de sus despachos expuestos a la contaminación de la sociedad. Prueba de ello son los ejemplos de políticos hospitalizados últimamente, que parece una epidemia. Aún así, se han obtenido resultados brillantes:

    Se inauguran obras públicas que no van a funcionar todavía, como el aeropuerto de Castellón, una muestra más de la maravillosa fortuna del presidente de la Diputación, Carlos Fabra, quien además de haberle tocado la lotería hasta en nueve ocasiones, va a tener una placa con su nombre en el aeropuerto, que no sería posible si esperásemos los meses que faltan para que el mismo esté operativo.

    Los señores Fabra y Camps, dos hombres con suerte, explican que el tamaño sí que importa.

      Se inauguran obras públicas varias veces, como un hospital en Oviedo, que ya lleva cuatro veces. Y todavía no funciona, así que yo recomiendo al Principado perseverar e insistir en inaugurarlo hasta que el hospital esté listo para atender enfermos. Quiera Dios que no les falte el ánimo y el tesón de intentarlo las veces que haga falta.

      El señor Areces inaugura una placa y se pregunta si es la misma que la de la semana pasada.
      Se inauguran obras públicas con frenesí, a un ritmo inhumano. Esto ha sucedido, por ejemplo en Extremadura, donde sus líderes se han visto obligados a realizar hasta dieciocho inauguraciones el último día permitido. Si mantuvieran esa diligencia durante todo su mandato, Extremadura tendría la renta per cápita de Luxemburgo o de Noruega.
      Escuela Superior de Hostelería de Mérida inaugurada in extremis, pero completamente operativa "para entrar a vivir"
      Se inauguran obras públicas a retazos. Es el caso, por ejemplo, de Madrid y su proyecto Madrid Río, que ni hartos de pollo lo vamos a ver terminado este año y dudo que el que viene, lo cual obliga al alcalde Ruiz Gallardón a inaugurar modestamente hoy un puente, mañana una papelera, ayer un arbolito... Cada cuál hace lo que puede, no se desanime don Alberto, que todo el mundo sabe que es usted un conspicuo inaugurador.
      Madrid  Río, poquito a poco, hay ya varios setos inaugurados.
      Señores candidatos, ustedes nos dan mucho más de lo que pedimos ¿Qué pedimos? Pues...
      1. Los votantes sólo piden que las obras se terminen y funcionen. Un suponer, la primera piedra de un maravilloso hospital nos la trae al pairo, nos interesa mucho más la última. Lo que queremos es un hospital terminado con médicos y enfermeros suficientes y una cafetería.
      2. Los cónyuges de los dirigentes sólo piden que demuestren el mismo desenfreno en su alcoba que en las inauguraciones. Me consta que algunos de estos cónyuges ponen por la noche una cinta alrededor de la cama, para que la criatura se excite cortándola.

      Así de sencillo, no se preocupen porque todos los partidos hacen lo mismo, así que todos no pueden equivocarse. Descubrir placas, cortar cintas, poner la primera piedra, colocar el primer ladrillo...a todos ustedes les da por el mismo pecado de la inauguración venial. 

      Vamos, que el que esté libre de este pecado, que ponga la primera piedra. 


      4 comentarios:

      1. Buenisima entrada. Tienes toda la razón. Lo que si debe ser frustante,(no creo que haya muchos casos por eso...) es que te hayas enfrentado a todos los grupos politicos para realizar una obra, y que la inaugure otro porque no sigas en el gobierno... ahora, que si no sigues, también es verdad que tal vez no lo hiciste tan bien.
        La clase politica da un poquito de asco. Por ejemplo, el caso Camps, no lo entiendo.... me repugna y me recuerda a Italia.... un cerdo, corrupto que se vuelve a presentar encima mofandose en la cara de todos. Que asco.
        Un abrazo Ug.

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      2. Lo más`repugannte de todo, a la vez que preocupante, muuuuuy preocupante, es que, a gentes como Camps, el "pueblo" les siga votando.

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      3. →Kira: Pues tienes razón, que te inauguren las obras los otros debe ser como que te quiten la novia. Para eso lo primero que deben poner es la placa, no una piedra (hablo de obras, no de novias). Ya llegará el día que lo hagan.
        Muchas gracias por tu amabilidad,
        Un abrazo,
        ug

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      4. →Victoria: en cuanto a lo de Camps, que os repugna a Kira y a ti, recuerdo que hace poco en el Parlamento inglés surgió un escándalo una mañana porque unos diputados habían dicho unas mentirijillas para cobrar algunas dietas de más y por la tarde ya habían dimitido.
        Lo mismo que Camps o Fabra o todos los demás.
        Muchas gracias por salir por aquí, niña.
        Ug

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      Sus comentarios son bienvenidos, muchas gracias.

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