sábado, 28 de mayo de 2011

Fumar perjudica seriamente la reputación

N.del. A. La ley que prohíbe en España fumar en lugares públicos ha supuesto un antes y un después para los alvéolos de los que no fumamos. Yo lo celebro con toda la pirotecnia de mi alma. A pesar de esto, lamento que los fumadores se sientan «perseguidos» y a ellos dedico la entrada de hoy.
Opus 57
Antes fumar era elegante. Esta señora debía ser elegantísima. Sin embargo, antes como ahora, generaba lo que los economistas llaman Deseconomías externas, o lo que es lo mismo, que el consumo del tabaco perjudica tanto a quien lo fuma como a quien está cerca, pero ninguno de los dos recibe indemnización alguna.
El POLICÍA llama a la puerta con gran seriedad. Detrás de él, el INFRACTOR le sigue cabizbajo y avergonzado, en comedido silencio. Mientras esperan a que abran la puerta, el policía mira con severidad al infractor y le reconviene moviendo la cabeza. El humillado infractor no dice nada. Abre la puerta la MADRE, una mujer, de avanzada edad, que se asusta al ver semejante visita.

POLICÍA: Señora, buenos días, ¿es usted la madre de este pollo?
MADRE: ¡Ay mi hijo! ¿Qué le ha pasado?
POLICÍA: No le ha pasado nada, señora. Anda, dile hijo, dile lo que has hecho. (El infractor no dice nada) ¿Sabía usted, señora, que su hijo fuma?
MADRE: ¿Qué me dice? ¡Santo sea el Cielo, con todos sus Ángeles y Arcángeles, Santos y Beatos!¡El niño fuma!
POLICÍA: Como lo oye, lo hemos sorprendido fumando en la calle en compañía de otro amigote, que también va a ir a sus padres.
MADRE:  ¡Ay, hijo mío, que nos quitas la vida a disgustos! ¡Con cuarenta años y ya fumando! ¿Qué harás cuando cumplas los cincuenta? (el infractor sigue sin responder, avergonzado)
POLICÍA: Este pollo querrá volver a los tiempos de la barbarie, cuando se podía fumar en los restaurantes y hasta el maitre te ofrecía tabaco.
MADRE: No me lo quiero ni imaginar. Te hemos dado dos carreras ¿y para qué? ¿Para que fumes como un cualquiera?
POLICÍA: Ahora ya sabe lo que hace su hijo cuando sale del trabajo.
MADRE: Con razón tardaba tanto en llegar, como que se quedaba fumando con sus amigotes. ¿Y no te regañan en la fábrica?
(El infractor se anima,  por fin, a contestar)
INFRACTOR:  En la fabrica no me dicen nada mamá, soy el dueño.
MADRE: ¿Y eso qué?
INFRACTOR: Pues eso, que soy el dueño del negocio. He pasado toda la semana ocupadisimo despidiendo trabajadores para contratar inmigrantes ilegales, acosando sexualmente a las becarias, escatimando dinero en seguridad e higiene, sobornando a los poderes públicos, defraudando al Fisco y a la Seguridad Social, blanqueando dinero con las cuentas del IVA, evadiendo capitales hacia las Islas Caimán y al final de la semana, me he permitido relajarme un poco, con mi amigo el juez, tomando unas copas, unas rayitas de coca, unas putas y finalmente, un cigarrito. ¿No me he merecido el premio?
MADRE: Sí, hijo, sí, todo me pone muy orgullosa, pero, ¿tenías que estropearlo fumando? 

La madre y el policía miran al infractor con gravedad y preocupación mientras éste entra en su alcoba, a copiar cien veces: "FUMAR PRODUCE DESECONOMÍAS EXTERNAS"

6 comentarios:

  1. Eres mundial.. jaja mi foto de perfil tengo un cigarro pero pienso que ahora en los restaruantes se está mejor..
    Buenisima la parte de todos los fraudes que este pais aplaude pero eso si,no fumes jajaj
    Blog A

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  2. JAJAJAJAJA Hace un pitillo? conste que soy exfumadora desde hace 8 años! y eso si, me siento liberadísima. El rollo ese de depender siempre (ahora mucho más) de si podías fumar o no y lo que es peor, de no quedarte sin tabaco por eso de la ansiedad... uf! que alivio!

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  3. →Montse: sin dudarlo ni un momento, en los restaurantes se está mucho mejor ahora. Y eso que entiendo perfectamente que os guste fumar justo después de comer, con el café.
    Un abrazo,
    Ug

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  4. Kira: enhorabuena por llevar tanto tiempo alejada del delito. Los últimos pitillos ya han prescrito, pero que no te vea recaer o se lo cuento a tus hijos para que te regañen.
    Un abrazo,
    Ug

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  5. Como gran fumador, gracias por la loa, sobre todo por el remate final que me parece toda una descripción de la realidad, en ciertos círculos al menos.

    Siempre he lamentado que el humo de mi pitillo tuviera tendencia a ir a la nariz de mi contertulio no-fumador, sobre todo porque era mío, pagaba yo.

    Lo de los restaurantes, pché, antes salías con olor a tabaco y ahora a fritanga, además de que cuando los no fumadores salen a la calle envueltos en ese aroma, tienen que ver a una serie de personas pasando frío y matando el mono a bastonazos en forma de caladas infames, pasando despacio delante de ellos e inhalando satisfechos el nonóxido y los gases sulfurosos de los civilizados autos de la City, pero con cierta cara de triunfo, no obstante.
    Respeto profundamente pasar por la vida sin conocer el efecto de un chupito de orujo con su correspondiente pito tras un cordero al horno, pero creo que con algo de educación por parte de los smokers y un poquito de tecnología no hubiera hecho falta caer en la prohibición-persecución. Además ahora los garitos son un soserío, la verdad, así como no puedo imaginar a Lauren Baccall ni al viejo Humphrey sin su pitillo...

    No quiero hacer apología, que lo quiero dejar pronto y ahora mismo tengo que prender otro pito.

    Muy bueno.

    Un abrazo.

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    Respuestas
    1. → Larry: bienvenido seas, fumador empedernido a este blog sin humo. Prefiero el olor a fritanga en este cuerpo al del tabaco, que prefiero que las mujeres se me coman a que se me fumen, y un buen cordero basta para saciarme, sin fuegos artificiales después.
      La tecnología podría haber evolucionado suficientemente, pero la educación de los smokers... no sé...
      Un abrazo,
      Ug

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Sus comentarios son bienvenidos, muchas gracias.

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